PST Colombia

Partido Socialista de los Trabajadores

IV Congreso del Polo: entre el santismo y el uribismo

Hace menos de un año, el Polo Democrático sacó casi de dos millones de votos en las elecciones presidenciales y Jorge Robledo fue el senador más votado del país, sin embargo la crisis de esta colectividad continúa, a pesar de que su principal dirigente, Clara López Obregón, es la candidata con más opción para ganar la Alcaldía de Bogotá.
A unos días de las elecciones internas a delegados para su IV Congreso Nacional, el Polo Democrático sigue dividido, ya no solo por la lucha interna de sus distintas tendencias sino porque está en juego el papel que jugará esta agrupación en el régimen político en el llamado posconflicto, después de las negociaciones de paz con la insurgencia.
La crisis crónica del PDA
El Polo Democrático, a pesar de los planteamientos de algunos de sus voceros, es una organización que defiende el régimen político en Colombia, que defiende la Constitución del 91, su sistema político excluyente y su concepto de Estado Social de Derecho. Por supuesto busca reformas sociales a través de acuerdos con sectores burgueses, que favorezcan en especial a las capas medias del país en aras de tener un Estado ‘moderno’.
Diversos sectores de izquierda hicieron una apuesta por la unidad en el Polo Democrático, pero se enfrentaron no solo con un programa político – el Ideario de Unidad – que defendía al régimen, sino con el autoritarismo de los parlamentarios y la ausencia de democracia interna.
Su defensa del régimen fue el límite para los sectores sociales que requerían detener reformas regresivas o conquistar derechos. Contrario a los planteamientos del PDA, la realidad ha demostrado que en este decenio los procesos de resistencia se han dado en las calles, como la movilización estudiantil que detuvo la reforma educativa y el Paro Agrario que obligó al gobierno a negociar con los campesinos, que son las luchas las que han ayudado a elegir parlamentarios y no los parlamentarios los que han ayudado a que hayan más luchas.
Esta es la razón por la cual la crisis del Polo ha sido permanente, es decir, crónica. Pero esta crisis que no era tan evidente durante el Gobierno de Uribe Vélez, se hizo visible con el Gobierno de Juan Manuel Santos y el Proceso de Paz. Con la expulsión del Partido Comunista y la deserción del Movimiento Progresista, la agrupación que se proponía como el principal espacio de unidad de la izquierda quedó reducida a un paraguas electoral en litigio y su Ideario de Unidad a una entelequia que sirve a unos para avalar sus acuerdos con el santismo y a otros para invitar al uribismo a sus espacios gremiales.
‘Unidad y lucha de contrarios’
Desde su fundación, el PDA solo ha tenido deserciones y expulsiones. Lucho Garzón y Antonio Navarro se van al Partido Verde para hacerse parte de la Unidad Nacional, Gustavo Petro funda el Movimiento Progresista después de ganar las elecciones internas pero quedar amarrado al control del MOIR y el Partido Comunista, pero el Partido Comunista es expulsado por una alianza entre el MOIR y Clara López – con el aval de Carlos Gaviria – por integrar la Marcha Patriótica.
Ahora, la lucha interna continúa y en las esquinas de la contienda están Clara López y Jorge Robledo, quienes se distanciaron por el Proceso de Paz y el apoyo a Juan Manuel Santos en la segunda vuela de las elecciones presidenciales. El MOIR de Robledo manifestó su imposibilidad de compartir tarima con Aída Avella en la campaña electoral, pero no tenía inconveniente en compartir espacios con el uribismo en Dignidad Agropecuaria, donde compartió la tarima con Paloma Valencia del Centro Democrático; no comparte la participación de Clara López en la Comisión de Paz, pero el 9 de abril marcha junto al presidente de la central de trabajadores de los uribistas. 
Por lo anterior, el IV Congreso del PDA, que se realizará los días 15 y 16 de mayo, será el escenario en el que los distintos sectores que se cobijan bajo la colcha de retazos en la que quedó convertida la otrora ola amarilla se disputarán los delegados que a la postre definirán la dirección y con ella el poder de otorgar avales.
El 19 de abril serán las elecciones internas en las que medirán fuerzas la Lista por la Paz de Clara López, el MOIR de Jorge Robledo y la Nueva Tendencia de Alexander López.
Lista por la Paz
Encabezada por Clara López, reúne sectores afines al Frente por la Paz que comparten con el Partido Comunista, la Marcha Patriótica y el Movimiento Progresista. De esa lista hacen parte los senadores Iván Cepeda y Senen Niño.
La apuesta de esta tendencia es ganar las elecciones internas para propiciar un acuerdo con la Unión Patriótica hacia las elecciones regionales de octubre y llevar al Polo Democrático al Frente por la Paz.
Lista del MOIR
La apuesta del MOIR y de sus aliados Germán Navas Talero y Luis Alejandro Pedraza, Presidente de la CUT, es controlar la dirección del Polo Democrático para alejarlo de la Unidad Nacional.
El MOIR promueve un PDA sin Santos y sin Uribe, pero su programa de defensa de la producción nacional y de alianzas con la burguesía afectada por los TLC, los acerca al uribismo en espacios gremiales como Dignidad Agropecuaria, organizando foros con el Centro Democrático desde Justicia Tributaria o marchando junto a Alexander Fraydique, presidente de la central obrera uribista, CNT.
Para el MOIR es estratégico mantener el control de la personería jurídica después del eventual Acuerdo de Paz que se firmará en Cuba, del que resultaría un nuevo actor político que disputaría electoralmente con el Polo Democrático.
Tercerías: Nueva Tendencia y PUP
Otras listas que intentan buscar una tercera vía para la ‘implosión’ del PDA son las que encabezan los senadores Alexander López de la Nueva Tendencia y Alberto Castilla de Poder y Unidad Popular, PUP.
Alexander López se ha mantenido distante del santismo abierto de Clara López e Iván Cepeda, pero mantiene sus reservas con el MOIR y sus acercamientos con el uribismo, para mantener la también precaria unidad interna de su propia tendencia y seguir controlando el PDA en el Valle del Cauca.
Por su parte Alberto Castilla y el PUP, que hacen parte del Polo Democrático y del Congreso de los Pueblos, buscan mantener y ampliar la unidad del PDA, buscando – al igual que la llamada Lista por la Paz – fortalecer un escenario político para la negociación de paz, insistiendo en los diálogos con el ELN.
Entre el santismo y el uribismo
Diez años después de su fundación, el Polo Democrático sigue arrastrando con su deriva programática, con un Ideario de Unidad que promueve las alianzas con sectores burgueses, en los que no se ponen de acuerdo, pues para unos se debe hacer con la burguesía agropecuaria que se opone al TLC y para otros con los industriales y banqueros que ven en el proceso de paz una oportunidad de desarrollar sus negocios.
Al interior del PDA acusan a los primeros de uribistas y a los segundos de santistas, pero en medio de esa lucha por el control de los avales para las empresas electorales al interior del Polo queda una militancia que pensó que era posible la unidad de la izquierda, la movilización de masas y la conquista de reformas.
El 19 de abril las distintas tendencias medirán fuerzas y mientras el MOIR está preocupado porque la Marcha Patriótica, el Movimiento Progresista y el Partido Verde apoyen la Lista de la Paz, estos se preocupan de que el Centro Democrático no ayude al MOIR. Un triste resumen para los trabajadores y los pobres que confiaron en el Polo Democrático como una herramienta para la conquista de sus derechos.
Por ello, ante la propuesta de la Lista de la Paz de conformar un Frente por la Paz para colaborar al Gobierno de Santos con el Proceso de Paz y ante la opción planteada por el MOIR de hacer oposición en alianza incluso con sectores del uribismo, las fuerzas de izquierda y los luchadores sociales deben romper con el Polo Democrático y conformar un Frente de Lucha contra el régimen político.