PST Colombia

Partido Socialista de los Trabajadores

La tercera vía de Santos: Vía Cerrada

h2 { margin-top: 0.42cm; direction: ltr; color: rgb(0, 0, 0); widows: 2; orphans: 2; }h2.western { font-family: "Cambria",serif; font-size: 14pt; font-style: italic; }h2.cjk { font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14pt; font-style: italic; }h2.ctl { font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14pt; font-style: italic; }h1 { margin-bottom: 0.11cm; direction: ltr; color: rgb(0, 0, 0); widows: 2; orphans: 2; }h1.western { font-family: "Cambria",serif; font-size: 16pt; }h1.cjk { font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 16pt; }h1.ctl { font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 16pt; }p { margin-bottom: 0.25cm; direction: ltr; color: rgb(0, 0, 0); line-height: 120%; widows: 2; orphans: 2; }p.western { font-family: "Calibri",sans-serif; font-size: 10pt; font-weight: bold; }p.cjk { font-family: "Calibri",sans-serif; font-size: 10pt; font-weight: bold; }p.ctl { font-family: "Calibri",sans-serif; font-size: 10pt; }a:link { color: rgb(0, 0, 255); text-decoration: underline; }
Durante más de dos décadas los trabajadores del mundo hemos enfrentado el llamado “modelo neoliberal”; y los partidos reformistas han planteado que la alternativa es luchar por el “Estado de bienestar” del que gozaron después de la Segunda Guerra Mundial los pueblos de Europa occidental. Nos ponen a escoger entre el “capitalismo salvaje” y el “capitalismo con rostro humano”.
Hace poco Juan Manuel Santos se reunió en Cartagena con algunos exmandatarios de países imperialistas y latinoamericanos para proclamar que él no promueve ni lo uno ni lo otro y que hay una “Tercera Vía”. En realidad los tres nombres tienen una cosa en común: son capitalistas. Los trabajadores debemos diferenciarlos sólo para no dejarnos engañar.

Autopista para los capitalistas
Con el objetivo de dar lustre internacional a su reelección, Santos se reunió con los expresidentes Bill Clinton (EE.UU.), Fernando Henrique Cardozo (Brasil), Ricardo Lagos (Chile), Felipe González (España) y el ex primer ministro Tony Blair (Inglaterrra). Lo que tienen en común estos personajes es haber conducido a sus países en períodos de transición entre gobiernos de corte autoritario, abiertamente neoliberales, y “aperturas democráticas” controladas, garantizando la estabilidad económica y las ganancias de los grandes monopolios. Varios de ellos renunciaron de manera pragmática a sus anteriores posiciones reformistas y fueron campeones en la desregulación financiera, la privatización de los servicios del Estado, las contrarreformas laborales o en la entrega de sus economías al gran capital imperialista.
Desde hace años Santos ha posado de estadista de talla mundial y de reformista en el terreno económico y político. Ahora que el capitalismo mundial pretende superar una nueva crisis terminando de desmantelar lo que queda del llamado Estado de Bienestar en Europa, llevar a la barbarie a los pueblos del Medio Oriente y la Cuenca Islámica en medio de la guerra y el saqueo del petróleo, y profundizarla depredación de los recursos naturales en América Latina, Santosquiere presentar a Colombia como una autopista para los proyectos imperialistas. La condición de éxito para los inversionistas sería un acuerdo de paz con la guerrilla más antigua del continente. Los exmandatarios reunidos en Cartagena, representantes directos de sectores del imperialismo y la burguesía, vinieron a darle un aval a su política.

El fantasma del “castro-chavismo”
En la pasada elección presidencial, el uribismo trató de asustar al electorado acusando a Santos de representar al “castro-chavismo”, una especie de eje del mal representado en algunos gobiernos populistas de América Latina como el de Maduro en Venezuela, Correa en Ecuador, Morales en Bolivia y hasta Kirchner en Argentina. Son gobiernos que emergieron después de explosivas insurrecciones democráticas en sus países y canalizaron el descontento popular con algunas medidas asistencialistas acompañadas de mucha retórica antiimperialista, mientras continuaban aplicando las políticas fundamentales impuestas por el FMI o el Banco Mundial. Contaron circunstancialmente con el auge de las materias primas a nivel mundial lo que les brindó un margen presupuestal para atender los más urgentes reclamos populares. Sirvieron así de muro de contención del ascenso revolucionario en América Latina en los primeros años del Siglo XXI.
Temeroso de que se le haya ido la mano en la sobreexplotación de los trabajadores y el librecomercio, y preocupado por un nuevo ascenso de la protesta social en América Latina, un importante sector de la burguesía continental quiere diferenciarse del llamado “castro-chavismo”, al tiempo que se deslinda del “capitalismo salvaje”, por eso Santos promueve elrelanzamiento de la Tercera Vía para tratar de liderar a la “centro-derecha” del continente.

La única vía es el socialismo
Nada podemos esperar los trabajadores de la demagogia santista. Ya la probamos durante los primeros cuatro años de la “Prosperidad Democrática”. La Tercera Vía es la doble calzada para que los empresarios hagan más velozmente sus negocios y las transnacionales saqueen el país. A la locomotora de la megaminería le están modernizando la carrilera para que deprede sin descanso los recursos del subsuelo. Las represas inundan extensos territorios de vocación agrícola. Los industriales de la construcción hacen su agosto con los contratos estatales de infraestructura y las casas gratis. Los mercaderes de la salud tienen garantizadas las ganancias de las EPS a costa de nuestras dolencias. La nueva educación son los técnicos baratos del Sena y los profesionales desempleados de las universidades públicas. La devolución de tierras es sólo la legalización del despojo de millones de desplazados. La paz de La Habana es la paz para los negocios de los capitalistas y las transnacionales.
El proyecto de Santos continuará avanzando y el mayor riesgo en el período que se avecina es darle una tregua social a cambio de que siga pactando con la insurgencia el cese del conflicto armado. Un anticipo de esa política fue el apoyo electoral que le brindó la izquierda reformista para la reelección. Clara López fue más allá y declaró su respaldo a las políticas sociales de Santos. Un numeroso grupo de dirigentes sindicales firmaron también su adhesión a la reelección. En el próximo Congreso de la CUT esa discusión estará al orden del día: ¿La principal central sindical del país aprobará como política continuar tratando de concertar los planes con el gobierno o llamará a los trabajadores y a los pobres del país a unificarse en la lucha contra los planes de Santos y sus socios de la Tercera Vía?
De nuestra parte los socialistas insistiremos en que el capitalismo nos conduce hacia el abismo y que la única vía de salida es luchar por un gobierno de los trabajadores y los pobres que imponga un programa revolucionario para dar solución a los graves problemas económicos, sociales y políticos que afectan a las mayorías. Movilicémonos como en el paro agrario y bloqueemos la Tercera Vía.