PST Colombia

Partido Socialista de los Trabajadores

¡Que Petro se quede, que el procurador se vaya!

La movilización obrera y popular es la solución

Desde el 9 de diciembre de 2013, cuando el Procurador anunció la destitución del alcalde Bogotá, y su inhabilidad por 15 años para ejercer cargos públicos, hemos rechazado dicha medida. La destitución es aparentemente un problema jurídico, así la han querido hacer aparecer el Procurador, el Gobierno, sus ministros, los abogados constitucionalistas y la mayor parte de la prensa; realmente es una decisión política, profundamente reaccionaria y antidemocrática, disfrazada de decisión disciplinaria legal. Es una decisión que expresa los intereses de clase de la fracción burguesa del uribismo y del Partido Conservador, de la que es agente directo el procurador Ordoñez. Lo que está en disputa, entre otros asuntos, es el multimillonario negocio de la recolección de las basuras que ha sido trasladado de las empresas privadas capitalistas al Distrito Especial de Bogotá y el control político, administrativo y económico de Bogotá.

¿Por qué exigimos que Petro se quede en la Alcaldía?
Hemos respaldado todas las movilizaciones convocadas: las del 9 y el 13 de diciembre de 2013, respaldaremos ahora la del 10 de enero de 2014 y las que se sigan convocando. Hemos llamado y seguimos llamando a los trabajadores, sus organizaciones sindicales y las centrales obreras, los campesinos, los estudiantes, los sectores populares, las minorías negras e indígenas, a las mujeres y al movimiento LGTBI, a que continuemos movilizándonos exigiendo que Petro se quede en la Alcaldía hasta que termine el periodo para el que fue elegido popularmente, a menos que sus electores, no sus enemigos políticos, decidan revocarle el mandato mediante un procedimiento realmente democrático. Estamos en contra de que un burócrata, designado por un Congreso corrupto y con el método de la politiquería, mediante un acto administrativo caprichoso y arbitrario, destituya a un gobernante, bueno o malo, designado por el voto popular. Tampoco estamos de acuerdo en la revocatoria como está consignada en la Constitución Política y en la ley, porque la deja en manos de los enemigos políticos del elegido, cuando son sus electores los que tienen el derecho a revocar el mandato, mediante su voto directo.
El gobierno de Santos y los partidos que lo apoyan, han salido a decir que hay que respetar y acatar la decisión y, de hecho, a respaldar al Procurador. Desde luego que repudiamos la posición del gobierno y los partidos burgueses. De la misma forma que llamamos al Partido Comunista, a la Unión Patriótica, a la Marcha Patriótica y al Polo Democrático, a que depongan sus cálculos electorales inmediatos y coloquen en primer plano la defensa del derecho democrático a que el Alcalde termine su mandato y que el procurador se vaya.

Que Petro tome medias a favor de los trabajadores y sectores populares
Este respaldo a la movilización, en modo alguno significa respaldo a las políticas del Gobierno Distrital. Petro y su organización política, desde la alcaldía, se ha limitado a tomar unas medidas tímidamente reformistas, sin responder a las necesidades reales de los trabajadores y las masas populares. La Alcaldía del progresismo ha sido adelantada dentro de los parámetros del capitalismo y muchas veces ha actuado en forma directa contra los trabajadores y los ciudadanos. Tiene más de capitalista que de humana, pues estos términos son excluyentes.
Los trabajadores y las masas populares al llegar al gobierno no se deben dedicar a tratar de cambiar el modelo capitalista neoliberal por un modelo capitalista “incluyente” o “social”, ni a administrar eficazmente los negocios de los capitalistas, que es lo que hacen los reformistas, incluido el progresismo. El programa revolucionario para resolver las necesidades de las masas obreras y populares del país pasa por la destrucción del sistema capitalista y por establecer una sociedad socialista.
En el anterior sentido emplazamos a Petro a que tome medidas inmediatas que fortalezcan la lucha contra este régimen autoritario y consolide el respaldo de los trabajadores y los pobres y su movilización autónoma en defensa de las libertades públicas. ¡Que la Alcaldía garantice la estabilidad laboral a todos los trabajadores del Distrito! ¡Estatización inmediata de Transmilenio y todo el Sistema Integrado de Transporte y que sus ganancias vayan al presupuesto público! ¡Creación de un Banco Distrital que maneje el presupuesto de la capital y sirva de base para un plan de obras públicas que promueva el empleo para todos, en especial para la población joven! ¡Prohibición de que el criminal Esmad reprima las movilizaciones de protesta en Bogotá!

Que la movilización y la lucha sean conducidas democráticamente
Desde el 9 de diciembre de 2013 el alcalde Petro dijo que uno de los objetivos centrales del movimiento que se iniciaba era la defensa de la democracia. Para nosotros el problema democrático concreto en discusión es que los únicos que podrían revocarle el mandato a Petro son sus electores. Defender este derecho eficazmente sólo es posible mediante la movilización de las masas, y en el llamamiento a la movilización que ha hecho la Alcandía coincidimos, pero tal como se está implementando es absolutamente insuficiente. No reconocen realmente que el único lenguaje que entiende la burguesía colombiana es el de la movilización de las masas, como quedó demostrado con las movilizaciones estudiantiles y el paro agrario. En esto la tarea más importante en este momento es profundizar y extender la movilización, tomar las medidas prácticas y concretas, para defender la decisión del Alcalde de quedarse en la Alcaldía y sacar a Ordoñez de la Procuraduría. No sólo hay que tomarse la Plaza de Bolívar y rodear la Alcaldía, hay que movilizarse contra el Procurador y extender la movilización a nivel nacional. La movilización directa de los trabajadores y el pueblo es el factor determinante de un posible triunfo.
El 9 de diciembre de 2013, el Alcalde dijo, entre otras cosas: “Yo voy hasta donde ustedes me digan… Hagamos el compromiso de quedarnos y multiplicarnos,… Aquí el Alcalde se queda si ustedes se quedan… No esperen que permitamos que el voto popular y la democracia se arrodillen. No… La decisión entonces es convertir esta plaza, en el gran Ágora de la democracia en Colombia…1 El Ágora es la plaza pública, es la asamblea celebrada en ella, es el lugar de reunión y de discusión.2 Convirtamos la Plaza de Bolívar en la asamblea democrática permanente, en un Cabildo Abierto, en el que se discutan todos los pasos a dar, los objetivos del movimiento, la organización práctica para lograr los objetivos. Esa asamblea debe estar presidida por el Comité Ciudadano por la defensa de la democraciaiii que se integró en junio-julio de 2013. Este Comité debe ser ampliado con representantes de todas las organizaciones políticas y sociales que apoyan la lucha y el movimiento, las centrales obreras, los sindicatos de trabajadores, en lo fundamental los del Distrito, convocar de inmediato en la Plaza de Bolívar un Encuentro Obrero y Popular donde se vote un Para Cívico Distrital. Hay que desconfiar de la burguesía y su gobierno, supervisar a nuestros propis dirigentes y depender de nuestra organización. La movilización permanente, la dirección colectiva y democrática en su funcionamiento, son los únicos que pueden garantizar el éxito en la lucha.
A Petro y el progresismo no les interesa atacar a fondo al régimen y producir una crisis profunda del mismo, sino tratar de utilizar la movilización para lograr que la Fiscalía o la Comisión Interamericana de Derecho Humanos se pronuncien, suspendiendo la medida de destitución, que les permita terminar el periodo, o en la peor variante, jugarse a ganar el referendo revocatorio convocado para el 2 de marzo de 2014. En cualquier caso, si Petro no es destituido o si gana el referéndum revocatorio, será producto de la movilización obrera y popular. Por eso, impulsarla, es la tarea fundamental.
También es posible, por el carácter que tiene la dirección del movimiento, que la montaña termine pariendo un ratón, es decir, que la movilización sea traicionada y concluya con un pequeño acuerdo, firmado a media noche y a espaldas de los trabajadores y el pueblo. Esta también es una posibilidad real. O que Petro, finalmente, quede destituido, y la movilización sólo sirva para que el progresismo obtenga algunos votos más en las próximas elecciones.

Votemos contra el régimen, votemos en blanco
Los intereses electorales específicos no se pueden convertir en un obstáculo para impulsar y participar en la lucha por lograr que el Procurador salga de la Procuraduría y que el alcalde Petro termine su periodo. Esta sería una actitud mezquina de darle más importancia a la lucha parlamentaria que a la lucha directa de las masas. Dentro de la lucha misma cada quien podrá defender sus posturas electorales. Esto hace parte de la democracia de los trabajadores.
Es repudiable que desde el mismo 9 de diciembre de 2013, y un poco antes, varias aves de rapiña debidamente adiestradas por largos años de cretinismo parlamentario, estén sobrevolando el Palacio de Liévano, dirigiendo sus miradas, sus picos y sus garras sobre la oficina y la silla del Alcalde.
Nosotros creemos que, en la actual coyuntura política, llamar a votar por candidatos en las próximas elecciones es hacerle el juego al régimen antidemocrático que impera en el País. “Me aterra que no caigamos en cuenta de que Colombia atraviesa un estado brutal de descomposición…” (El Tiempo, Daniel Samper P. 12/5/2013), Igualmente, un ex ministro, poco progresivo y del establecimiento, ha dicho: “El lastre que carga este país es una élite inescrupulosa, autoindulgente, y depredadora, que está dispuesta a tomar cualquier atajo, a saltarse todo obstáculo y a modificar hasta la Constitución para preservar su poder y para facilitar sus excesos, que desde hace veinticinco años han sido llevados a cabo con el mayor descaro. Todo vale. Ni siquiera se cuidan de parecer honorables o de comportarse decorosamente...” (Hommes Rudolf, Un lastre contra el progreso, El Tiempo 29/6/2012). La periodista Señora Salud Hernández, ha afirmado: “no se dejen engañar de nuevo. No coman cuento. No sean cómplices del circo que levantaran en marzo próximo. Ninguno merece respeto. El país no cambiará un ápice con ellos… Voto en blanco. Es ahora o nunca la ocasión para enviar un mensaje a una clase política que nos desprecia todos los días… Les auguro desde ya que si votan por algún partido, se arrepentirán” (El Tiempo, 8/12/2013). Las referencias podrán continuar.
Aunque económicamente las multinacionales y los capitalistas nacionales están eufóricos con el crecimiento de la economía, de un 5.1%, y sus multimillonarias ganancias en el 2013, y mucho más eufóricos con las que obtendrán en el 2014, el régimen político tiene elementos de crisis y, en esta coyuntura concreta, inscribir candidatos a las elecciones es ayudarlo a superar las dificultades. Lo correcto es llamar a votar en blanco. Ante la crisis y el carácter reaccionario y excluyente del régimen, el voto en blanco ha venido aumentando. Si el voto en blanco gana, se tienen que anular las elecciones, ninguno de los candidatos se puede volverse a candidatizar en las próximas elecciones y esto ahondaría la crisis del régimen. Por eso nosotros llamamos a la más amplia unidad por el voto en blanco.
¡Que Petro se quede, que el procurador se vaya!
¡Que todas las decisiones importantes del movimiento se discutan y se tomen en forma colectiva y democrática en la Plaza de Bolívar!

Humanidad, periódico oficial de la Alcaldía de Bogotá, Edición extra, edición 26, Pág. 2

Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.

Según Guillermo Asprilla, uno de los principales dirigentes de progresistas, el movimiento político de Petro, dicho Comité Ciudadano por la defensa de la democracia, se conformó algunas semanas después del 24 de junio de 2013. El Espectador 29/12/13, pág. 18.