El PST: un partido obrero, revolucionario, internacional
Nuestra historia
El 23 de septiembre de 1977, a sólo diez días de realizado el Paro Cívico Nacional contra el gobierno de Alfonso López Michelsen, fundamos el Partido Socialista de los Trabajadores (PST). Iniciamos así la lucha por dotar a la clase obrera colombiana del instrumento indispensable para la toma del poder del Estado y el ejercicio de su propio gobierno.
El PST nació como parte de una corriente internacional, la Fracción Bolchevique de la Cuarta Internacional (Secretariado Unificado) a cuya cabeza se encontraba Nahuel Moreno, revolucionario argentino y destacado intelectual marxista. Nos sumamos entonces concientemente a la tarea histórica por hacer realidad dos estrategias: la movilización permanente de los trabajadores por conquistar el socialismo a nivel mundial y la construcción del Partido Mundial para que dirigiera esta Revolución Socialista.
Hoy, 25 años después, estas dos estrategias son más vigentes que nunca y la humanidad se encuentra ante la misma disyuntiva en que la colocó el capitalismo a lo largo del siglo XX: socialismo o barbarie.
Durante estos 25 años nuestro partido se ha construido desde las organizaciones de la clase obrera y los asalariados. Si bien surgimos como parte del ascenso estudiantil de los años '70 que, empujado por la movilización masiva del campesinado pobre y la clase obrera, impactó escuelas y universidades, decidimos ligarnos indisolublemente a las luchas del proletariado. Nuestra historia está entrelazada con la de las huelgas fabriles desde Vanitex en 1975 hasta Bavaria en 2001. La consigna "¡Y venga, y venga y venga compañero, que aquí se está librando una gran conflicto obrero!", que hoy se corea en todas las huelgas del país, es hija de "¡Y venga, y venga y venga compañero que aquí se está formando un gran partido obrero!", popularizada como nuestro lema de construcción partidaria.
Por la profunda convicción de que la clase obrera es una sola a nivel mundial dimos la muestra más elevada de internacionalismo proletario cuando en 1979, siguiendo el ejemplo de la Brigadas Internacionales de la Revolución Española, impulsamos la constitución de la Brigada Simón Bolívar (BSB) de voluntarios para luchar en las filas del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) contra la dictadura de Anastasio Somoza en Nicaragua.
A lo largo de estos 25 años hicimos nuestra la defensa de los Estados Obreros (URSS, China, Cuba, Vietnam y otros) frente a la agresión del imperialismo y combatimos la política de la burocracia totalitaria estalinista que los llevó al colapso y la restauración del capitalismo. Hemos impulsado la solidaridad con el pueblo palestino en su lucha por la recuperación del territorio ocupado por el colonizador sionista. Nuestro partido también fue vanguardia en la solidaridad con el pueblo argentino en su intento de recuperar la soberanía sobre las islas Malvinas ocupadas por el imperialismo inglés.
Pero la constante en esta actividad internacionalista ha sido la lucha por construir el partido mundial de la clase obrera. Siguiendo el ejemplo de las tres primeras internacionales, León Trotsky sentó las bases para el cuarto intento por realizar la tarea más difìcil que se ha propuesto la humanidad: la construcción de un Partido Mundial para la Revolución Socialista. Para lograr este objetivo nos legó un método-programa "El Programa de Transición" y fundó la Cuarta Internacional.
La caída del Muro de Berlín marcó el fin del ascenso revolucionario de posguerra y abrió una nueva etapa desfavorable para la clase obrera. Para responder a este reto fundamos el Centro Internacional del Trotskismo Ortodoxo (CITO), y reanudamos la lucha por preservar el programa revolucionario y construir la internacional bolchevique. Los obstáculos para concretar esta tarea se han multiplicado; algunos desfallecen, otros desertan o directamente se suman a las filas del enemigo, pero quienes permanecemos fieles al marxismo (como una guía para la acción revolucionaria, no para contemplar la realidad, sino para luchar por transformarla) y al método leninista de construcción del partido (democracia para la elaboración colectiva de la orientación política y centralización
para la acción) estamos convencidos de que la clase obrera remontará esta crisis, construirá su propia sociedad, sin explotadores ni explotados.