Negociaciones con el ELN: ¿Por qué no empiezan?

 
“Con el ELN aún no hay mesa de diálogos aunque el presidente Santos, como usted lo sabe Comandante, nos invitó a sentarnos a conversar desde el año pasado. A partir de ese momento, el ELN está listo y con sus voceros nombrados para las necesarias discusiones de un dialogo sin condiciones.” (Carta abierta de Nicolás Rodríguez Bautista, Primer Comandante del ELN, al Comandante Chávez, 11 de mayo de 2013, según aparece publicada en la Revista Insurrección No. 372).
El gobierno Santos ha manifestado de manera reiterada su disposición a iniciar con el ELN diálogos similares a las que desarrolla en La Habana con las FARC. En conferencia dictada el pasado 9 de mayo en la Universidad Externado de Colombia  el Alto Comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, señaló con total claridad: “…reconocer que uno no cura una enfermedad, ni resuelve un problema, si no llama las cosas por su nombre. Y el nombre de este problema es ‘conflicto armado interno’. Valga decir: conflicto con las Farc y con el Eln, y con nadie más.”
El ELN, a través de todos los medios a su alcance, ha expresado “estar listo” para iniciar conversaciones. Incluso tiene ya “sus voceros nombrados”. ¿Qué impide que se inicien dichas negociaciones?
La clave del asunto parece estar en el término “sin condiciones” que la dirección del ELN destaca en su carta abierta al Comandante Chávez. ¿Cuáles fueron las condiciones exigidas por el gobierno, que sí cumplieron las FARC, que aún no ha cumplido el ELN, que están impidiendo el inicio de un diálogo con dicha organización?
El ELN no ha expresado pública y abiertamente su decisión de cesar la retención de civiles (secuestro) como uno de sus métodos de financiación y negociación con los empresarios y las multinacionales. Un caso de especial relevancia en el momento actual, que pareciera ser la piedra en el zapato, es la retención-secuestro por parte del frente Darío Ramírez Castro de Jernoc Wobert, alto ejecutivo de la multinacional minera canadiense Braewal Mining Corporation, en el sur del departamento de Bolívar.
El gobierno Santos no tiene condiciones políticas para iniciar ningún diálogo con el ELN mientras esta retención-secuestro se mantenga. Daría una muestra de debilidad que no dio ante las FARC (más poderosas que el ELN) y daría argumentos muy gruesos a la oposición burguesa al proceso de negociación. Tampoco el ELN pareciera poder dar su brazo a torcer, salvo que el Comando Central desautorice al frente que mantiene al canadiense en su poder y ordene su liberación; lo cual le significaría un costo político muy alto.
Entretanto, los “voceros nombrados” del ELN deberán esperar, pues la mesa de negociación no será servida para ellos.