PST Colombia

Partido Socialista de los Trabajadores

¿Relaciones internacionales o internacionalismo proletario?

La vida política y social mundial está repleta de múltiples eventos internacionales coordinados por la más amplia gama de organizaciones. Demostración de que ya es imposible adelantar procesos científicos, sociales, culturales o políticos restringidos por las fronteras nacionales. Nadie puede discutir que la vida de la humanidad hoy está indisolublemente ligada como una totalidad y que los problemas que afectan a millones desbordan ese estrecho marco. El clima, las epidemias, los procesos económicos, las migraciones de población, desbordan dichos límites. Y una solución de fondo a todos esos problemas, igualmente tendrá que superarlos.
 
Las relaciones internacionales de los explotadores
Los gobiernos de los diversos países mantienen entre sí “relaciones internacionales”. Participan de distintos organismos económicos o políticos (ONU, OEA, Mercosur, ALBA, etc.) y realizan constantemente conferencias e intercambios buscando beneficios mutuos. También, constantemente, se producen agudos conflictos, algunos de ellos tan profundos que ocasionan guerras con miles de muertos. Tales acuerdos, cuando se producen, están determinados por intereses económicos mutuos; y los enfrentamientos, por el control y dominio sobre áreas del planeta, para beneficio de burgueses y empresarios de un determinado país, en detrimento de otros.
El pensamiento nacionalista pequeño-burgués determina lo fundamental de su identidad política en la arena mundial por su nacionalidad, y concibe como mundo ideal de paz y tranquilidad la convivencia de todos los estados nacionales en una relación en igualdad de condiciones, de respeto mutuo y de saludables y provechosas relaciones de colaboración y apoyo. Pero su sueño se le convierte en pesadilla: por sobre las fronteras nacionales priman el interés económico del sistema capitalista, que desarrolló un tipo de sociedad que obligatoriamente genera relaciones de explotación, dominio y opresión sobre enormes áreas y poblaciones por parte de los denominados países imperialistas.
Así existieron, y aún existen, las colonias (territorios controlados económica y políticamente en forma absoluta por otro país); las semicolonias (países “independientes” pero supeditados económicamente y atados por pactos y acuerdos políticos a otros países, como es el caso de la enorme mayoría de países del mundo actualmente en América Latina, África, Asia y Oceanía; y los países imperialistas, que controlan y dominan el mercado mundial y con su poder militar están dispuestos a garantizar su dominio cuando el mismo es cuestionado en su respectiva área de influencia.
 
Las relaciones internacionales de los explotados
Existe una diferencia fundamental entre las relaciones internacionales que establecen los explotadores (a través de los gobiernos de los estados nacionales) con las que pueden establecer los explotados de los distintos países. Aquellas están determinadas por los intereses económicos y de dominio, para lo cual la defensa del propio estado nacional es determinante. Las de los explotados porque en uno u otro país están sometidos a la esclavitud de la explotación capitalista, teniendo como “propiedad” únicamente su fuerza de trabajo.
El lema “Proletarios de todos los países, uníos”, que ha enfurecido a la burguesía mundial durante décadas, es la síntesis de esta realidad de la sociedad capitalista. Sólo los trabajadores tienen la posibilidad de unir a todo el planeta en un nuevo tipo de sociedad, completamente distinto al actual, que derribe los dos gigantescos obstáculos para iniciar la solución a los grandes problemas de toda la humanidad: la propiedad privada de los medios de producción y las fronteras nacionales que dividen al planeta según intereses de diversas burguesías locales, regionales o mundiales.
 
La solidaridad es necesaria, pero no suficiente
El vivir bajo condiciones similares de explotación hace que entre los trabajadores de los diversos países se geste, casi que naturalmente, un sentimiento de solidaridad y necesidad de apoyarse mutuamente. Este sentimiento expresa, por encima de las fronteras, el mismo sentimiento de identidad y solidaridad de clase que puede existir entre los trabajadores de distintas empresas dentro de un mismo país; especialmente cuando un sector está en lucha, defendiéndose de su respectivo patrón.A veces se logran gestar grandes campañas de apoyo y solidaridad internacional; igualmente, se desarrollan las relaciones entre las organizaciones sindicales de unos países con otros, lazos que no sólo son positivos, sino absolutamente necesarios.
 
El verdadero internacionalismo
El verdadero internacionalismo trasciende el apoyo y la solidaridad entre los trabajadores del mundo y parte del reconocimiento de su igualdad de intereses y objetivos. La división del planeta en estados nacionales fue fundamental para que el capitalismo lograra extenderse y dominar todo el planeta. La eliminación consciente de tales estados nacionales, terminando la explotación y dominio de unos sobre otros, terminando con la razón última de las guerras y enfrentamientos que han causado la desgracia de la humanidad durante décadas, sólo puede ser llevada a cabo por el proletariado triunfante en la enorme mayoría de países, uniendo sus fuerzas y conformando una nueva estructura de federación de estados y pueblos que puedan convivir armónica y pacíficamente sobre el planeta. Pero para avanzar por el camino del verdadero internacionalismo, es decisivo contar con una organización política internacional que una los esfuerzos de las organizaciones políticas revolucionarias internacionalistas en los diversos países.
El proletariado mundial se planteó esta tarea hace ya mucho. Al servicio de ella estuvo la Primera Internacional, fundada por Marx y Engels. Posteriormente la II internacional, antes de su traición al apoyar a las burguesías nacionales en los inicios de la I Guerra Mundial. La Tercera Internacional, construida por Lenin y Trotsky al calor de la primera revolución obrera triunfante del mundo, la revolución rusa de 1917, cumplió ese papel hasta cuando fue burocratizada y disuelta por la burocracia encabezada por Stalin. La IV Internacional, fundada por León Trotsky, perseguida implacablemente por el estalinismo mundial —comenzando por el asesinato del mismo Trotsky—, planteó la continuidad de esta tarea. La Liga Internacional de los Trabajadores – Cuarta Internacional, fundada hace 30 años, batalla por la construcción de ese partido para la lucha por el socialismo a nivel mundial.
Luis García