PST Colombia

Partido Socialista de los Trabajadores

Movimiento Progresista versus Polo Dos caras de una misma moneda

La apuesta de Gustavo Petro por la Alcaldía de Bogotá y por la construcción del Movimiento Progresista no es sólo una estrategia para competir con el Polo Democrático sino para posicionar una propuesta socialdemócrata en Colombia que sea capaz de administrar los negocios del gran capital en situaciones de crisis social y representar a sectores de la llamada clase media en sus aspiraciones democráticas. Es decir, es la misma apuesta que hizo el Polo Democrático en su Ideario de Unidad y que llevó a las organizaciones de izquierda que lo integran a convertirse en socios menores y defensores de la corrupción de la Familia Moreno Rojas.
En resumen, los cálculos que hacen los progresistas es que como el Polo Democrático ha tenido tantos fracasos políticos y ha perdido confianza para manejar los negocios de la burguesía ellos pueden presentar sus credenciales y cobrar el hecho de que la dirigencia del PDA guardó silencio frente a los evidentes hechos de corrupción en la Alcaldía y, lo que es peor, frente a las alianzas y acuerdos que se hacían con la derecha en el Concejo Distrital para mantener el status quo en la ciudad. Petro, de manera oportunista, fue el primero en abandonar el barco y en denunciar el cartel de contratación que al parecer había montado la Familia Moreno desde el Hotel Bacatá.
Hoy, el senador Jorge Robledo dice que “llama mucho la atención que no toque a Santos ni con el pétalo de una rosa y no haya improperio y agresión que no le haga al Polo. El Polo le declara la oposición a Santos y Petro le declara la oposición al Polo”. Pero la pregunta que nos debemos hacer es que cómo fue posible que una organización que –a pesar de sus limitaciones– asumió una tarea de control político parlamentario a Uribe Vélez no fue capaz de decir una palabra frente a Samuel Moreno y sólo al final decidió pronunciarse para decir que dejaba todo en manos de la justicia.
Según encuesta de Napoleón Franco del día 11 de junio, Gustavo Petro (20%) tiene un empate técnico con Enrique Peñalosa (22%) y con Gina Parody (18%), es decir, hace parte de la baraja de la burguesía para afrontar la crisis en Bogotá. El Polo Democrático definió como candidato a la Alcaldía a Aurelio Suárez, miembro del Moir, organización que es el principal soporte ideológico del PDA. Es claro que su apuesta es a mantener una bancada en el Concejo Distrital, para lo cual ha dispuesto también que los altos cargos sean ocupados por sus militantes: Gloria Cuartas como directora del Departamento de Integración y Acción Comunal, Ricardo Sánchez como Secretario de Educación, Lilia Solano como directora de Derechos Humanos y Hernando Gómez, quien se había ido al Partido Liberal con Piedad Córdoba, en la Secretaría de Desarrollo Económico.
Las organizaciones de izquierda del Polo llevan cinco años señalando a las bases enemigos internos y llamando a la unidad. Primero fue Lucho Garzón, quien se fue a crear el Partido Verde y hoy hace parte de la Unidad Nacional de Santos; después fue Gustavo Petro, quien se quedó y le ganó las internas a Carlos Gaviria, a pesar de que la izquierda hizo alianza con la Familia Moreno Rojas contra él; ahora la tarea es sacar a la Anapo y señalar a Petro como el principal factor de un eventual revés electoral.
Al contrario, los socialistas hemos señalado desde el principio el papel que han jugado Garzón y Petro contra la izquierda y los peligros de la alianza que ésta realizó –a través del Ideario de Unidad– con sectores burgueses como la Familia Moreno Rojas. La ecuación es simple, la conciliación de clases y la administración de los negocios de la burguesía son consustanciales con la corrupción.
Es decir, el Ideario de Unidad que tanto ha defendido el PDA, permite que cualquier burgués lo suscriba pues no es un programa para confrontar al régimen político sino para defenderlo. Por eso el Movimiento Progresista de Petro puede reivindicarlo y tratar de ocupar esa franja en el espectro político que en la actualidad ocupa el Polo, con la promesa a la burguesía de que lo harán mejor. Otra cosa es que la burguesía sólo lo esté usando para disminuir electoralmente al Polo y le vaya a dar la espalda en un par de meses, pero lo que sí es cierto es que la responsabilidad de la crisis del PDA no está en sus viejos o nuevos enemigos (todos crecidos en su seno) sino en su programa político y en su apuesta por fortalecer las microempresas electorales personales o partidarias que se soportan sobre los hombros de las organizaciones de masas sin dejarlas avanzar.
Antonio Romero