Unidad sindical y popular para luchar y derrotar al gobierno de Martinelli
A partir del 4 y 5 de febrero el movimiento sindical y popular de Panamá empezará acciones nacionales de protesta contra las imposiciones y el incumplimiento de compromisos del gobierno Martinelli.
Esta importante decisión ha sido tomada por unas 20 agrupaciones que formaron un frente de lucha. Algunas de las organizaciones que conformaron este bloque popular son el Sindicato de Trabajadores de las Bananeras Bocas del Toro, la Asociación de Funcionarios de la Caja de Seguro Social (ANFACSS), el Consejo Nacional de Trabajadores Organizados (CONATO), la Asociación de Educadores Veragüenses (AEVE), la Coordinadora del Movimiento Campesino de la Palma de Veraguas, la Coordinadora de Mujeres Ngäbe Buglé, así como delegados del Congreso General Ngäbe, máximo órgano de decisión indigenista. También participaron representantes del Frente Amplio de Colón, organismo de unidad de acción que dirigió la heroica lucha del pueblo colonense y ahora empezó de nuevo a movilizar por el pliego de reivindicaciones del pueblo colonense.
La reunión de las organizaciones mencionadas y otras acordó constituir una Alianza Estratégica de organizaciones populares e iniciar las protestas nacionales. De esta forma, está planteada la posibilidad que se plasme la unidad de acción contra el gobierno que venía siendo objeto de insistentes llamados de la Junta Directiva Nacional de ANFACSS y la LTS. Y en estos próximos días pueden darse embates decisivos que pongan en jaque a este gobierno corrupto, proimperialista y represor.
La LTS/LIT-CI saluda con entusiasmo la decisión de estas organizaciones de movilizar en forma unitaria contra las políticas reaccionarias del gobierno Martinelli y llama a las organizaciones que todavía no se unieron a esta convocatoria a sumarse a la lucha. Este es el camino para el triunfo de las reivindicaciones del pueblo trabajador.
Las razones y objetivos de la lucha popular
Sin embargo, cuándo se inicia una lucha de esta magnitud y frente a un enemigo tan fuerte como es el gobierno nacional, amparado por el imperialismo y los sectores más poderosos de la burguesía, es necesario definir bien los motivos, el objetivo y las tácticas de lucha.
Los motivos por los cuales los diferentes sectores se movilizan son muchos, pero hay un punto que unifica a todos: la indignación de los trabajadores y el pueblo panameño contra las acciones y políticas antipopulares del gobierno del presidente Ricardo Martinelli.
El pueblo de Colón, luego de protagonizar una heroica lucha de diez días que conquistó el apoyo popular en todo el país y logró derrotar la Ley 72, sigue en la misma situación de pobreza, desempleo, precariedad de servicios públicos y desatención del estado. Y sus reclamos siguen sin atenderse. Tal como en su momento hemos alertado desde la LTS, el objetivo del gobierno al sentarse en la mesa para negociar era únicamente paralizar y anestesiar el movimiento social.
Después de las movilizaciones del pueblo Ngäbe Buglé contra los proyectos hidroeléctricos y las promesas de reverlos, hoy se han reanudado los proyectos como si nada hubiera pasado.
Los trabajadores de la CSS están amenazados por el proyecto del gobierno de unificar la CSS con el Ministerio de Salud (MINSA), medida que provocará recortes de presupuesto, despidos, aumento de trabajo y deterioro del servicio público de salud.
Con los gremios educativos pasa lo mismo: están amenazados por el Decreto -9-20, que solo busca privatizar la educación del país y le quita la estabilidad laboral a los docentes.
Además, el gobierno Martinelli viene atacando sistemáticamente al movimiento sindical despidiendo y amenazando sus dirigentes. Los dirigentes de ANFACSS, en especial, han sido blancos de los ataques del gobierno. La Dirección Nacional de la CSS despidió al compañero Gerardo González, secretario general de ANFACSS y otros sindicalistas como Iraida Cano (Asociación de Empleados de la CSS); Juan Samaniego (Asociación de Funcionarios Independientes de la CSS); Benjamín Batista (ANFACSS); Gabriel Pascual (ANFACSS) e Elineth Menchaca (ANFACSS). Además, hay un despedido de la Asociación de Profesores de la República de Panamá, Andrés Rodríguez.
Está claro, entonces, que los objetivos inmediatos de esta lucha unitaria son: parar los permanentes ataques del gobierno contra los derechos del pueblo y obligarlo a atender a los reclamos del movimiento social, entre los cuales está la restitución de los dirigentes sindicales despedidos.
Es necesario entender el enemigo para enfrentarlo: la política del gobierno Martinelli
Sin embargo, si las reivindicaciones y los objetivos del movimiento están claros, hace falta caracterizar el enemigo que enfrenta el movimiento sindical y popular para mejor prepararse para luchar contra él. Es decir, es necesario entender el gobierno Martinelli y su política, así como quienes y porqué los apoyan.
Desde que tomó posesión en julio de 2009, el gobierno del presidente Martinelli se ha caracterizado por una política general antiobrera y proimperialista y por sistemáticos ataques al movimiento de los trabajadores y a los sectores populares. Esta política se manifestó claramente en varias ocasiones, como en la represión a la huelga de los trabajadores bananeros en Changuinola (Bocas del Toro), en 2010, ante la aprobación de la denominada Ley Chorizo (que alteraba seis códigos legales y los derechos laborales y sindicales en el país) y la represión a las protestas de los pueblos Ngäbe Buglé contra las reformas al Código Minero. El año pasado, esta política estuvo marcada por el intento de aprobar la Ley de Venta de los terrenos de la Zona Libre de Colón.
En todos estos episodios hubo una fuerte reacción popular que logró hacer retroceder al gobierno. La última fue la heroica lucha del pueblo de Colón que, después de 10 días de movilizaciones, huelga general y enfrentamientos, logró hacer que el gobierno retirara la Ley. Sin embargo, el gobierno siempre vuelve a atacar. Si no entendemos los motivos que lo empujan a esta permanente ofensiva, el movimiento sindical y popular no va a lograr derrotarlo.
Lo que impulsa el gobierno a volver a atacar siempre y a postergar indefinidamente las negociaciones es la exigencia del imperialismo y de la mayoría de la burguesía de lograr enormes ganancias a corto plazo, aprovechando la coyuntura económica favorable del país. La economía panameña vive un gran crecimiento en los últimos 4 años (10% en 2012), basado en una enorme inversión imperialista. Aumenta cada vez más la concentración de capitales en manos de una burguesía voraz y totalmente dominada por el imperialismo. El imperialismo y este sector de la burguesía son quienes conforman y controlan el gobierno Martinelli.
Para lograr realizar estas ganancias aprovechando esta coyuntura, esta burguesía y su gobierno necesitan, lo más pronto posible, vender las riquezas naturales y el patrimonio nacional, retirar conquistas de los trabajadores y realizar recortes en las prestaciones sociales. Este es el móvil que empuja a la burguesía y su gobierno a atacar siempre. Es la explicación de porqué, tras ser obligado a retroceder en sus ataques frente a la reacción de las masas, el gobierno siempre vuelve a lo mismo.
Esta política del gobierno genera en todo el país una gran contradicción. De un lado, un gran crecimiento económico que se ve por todas partes: la duplicación del canal, el aeropuerto, el metro, los enormes edificios del centro financiero. Del otro lado, importantes sectores del pueblo panameño siguen en la pobreza y aumenta la desigualdad. Eso es evidente en Colón, en los obreros de la construcción, los pueblos indígenas y los sectores populares en general. Por otra parte, miles de trabajadores están bajo amenaza permanente de ver desaparecer conquistas vigentes hace décadas.
Por todo eso, mientras en los últimos 8 años la economía nacional ha crecido a un promedio del 7% el poder adquisitivo de los trabajadores ha bajado un 24%. Se agudizan las luchas de los trabajadores y el pueblo porqué, pese al extraordinario crecimiento, crece la desigualdad.
Si eso es así, hay tres conclusiones que se imponen. La primera, el gobierno no cesará sus ataques y las masas responderán con luchas encarnizadas. La segunda, luchando por separado los distintos sectores del pueblo trabajador no lograrán doblarle el pulso al gobierno. Solo la lucha obrera y popular unitaria puede frenar y derrotar el accionar reaccionario del gobierno apoyado por el imperialismo.
Y la tercera, el movimiento sindical y popular solo logrará sus reivindicaciones si se plantea como su objetivo derrotar definitivamente al gobierno y su política. Y, a la vez, si desarrolla su movilización para alcanzar esta meta. De no ser así, el gobierno volverá inevitablemente a lanzar nuevas ofensivas contra el pueblo.
La tarea del movimiento sindical y popular es derrocar al gobierno Martinelli
La LTS viene insistiendo que el movimiento debe discutir y asumir la tarea de derrocar definitivamente el gobierno Martinelli, sin esperar las elecciones de 2014. Esperarlas significa aceptar nuevos y más fuertes ataques. Luego del triunfo de la lucha de Colón la LTS advertía: “Mientras siga este gobierno proimperialista y autoritario habrá más ataques a los trabajadores y el pueblo, pobreza y miseria, corrupción, represión y entrega del país. Al contrario de lo que dicen los partidos burgueses como el PRD, el panameñismo, etc, no hay que dar una tregua al gobierno ni esperar las elecciones de 2014.¡que se vaya el principal responsable por toda esta situación, Fuera Martinelli!”
Por eso, llamábamos al pueblo trabajador aseguir la lucha contra el gobierno de Martinelli: “La única manera que esto no se repita una vez más será si el pueblo sigue la movilización para voltear definitivamente a Martinelli. Y, si los trabajadores en especial, con su método de huelgas e insurrecciones, se organizan en forma independiente y siguen la movilización para afrontar los problemas de fondo del país terminando con el sistema de explotación vigente.”
Hoy lo único que agregaríamos a estas palabras es que la tarea de derrocar el gobierno Martinelli no solo es necesaria como es posible. La condición para ello es que el movimiento sindical y popular la asuma como suya, es decir que se plantee este objetivo y logre la unidad para movilizar a los trabajadores y al pueblo.
Como preparar la lucha para derrocar a este gobierno
Para que el movimiento sindical y popular pueda asumir el combate directo contra el gobierno y logre la unidad necesaria para ello, es necesaria una organización nacional que involucre las bases mismas de todas las organizaciones que lo componen. Desde la Liga de Trabajadores Hacia el Socialismo proponemos que se convoque un Encuentro Nacional Sindical y Popular donde se pueda discutir la lucha contra el gobierno y aprobar un programa y un plan de lucha por los derechos económicos y políticos de los trabajadores y el pueblo.
Este Encuentro debería, asimismo, discutir un programa que responda a las necesidades de los trabajadores y el pueblo panameño, es decir que ataque a los principales problemas de fondo del país, entre ellos por ejemplo, que los beneficios de la Zona Libre y del Canal deban ser controladas por los trabajadores y utilizadas en un Plan de Obras Públicas e Inversiones Sociales que beneficie al pueblo.
Por otra parte, un Encuentro Nacional debería tomar posición no solo sobre el gobierno sino sobre el régimen político que le permite cometer sus arbitrariedades. Todo el sistema político en Panamá se caracteriza por el autoritarismo, la corrupción y las prácticas antidemocráticas. A los partidos obreros y populares se les dificulta al máximo legalizarse y participar de las elecciones. Por todo ello es necesario que el movimiento sindical y popular asuma la lucha por cambiar radicalmente toda la Constitución del país por medio de una Asamblea Constituyente originaria.
Desde la LTS estamos dispuestos a trabajar en forma unitaria con todos los que estén por organizar la lucha por estos objetivos. Sin embargo, seguiremos planteando la necesidad de que los trabajadores de Panamá busquen un camino de independencia de clase de la burguesía y el imperialismo, construyendo su instrumento político, un partido obrero y socialista, la única organización que puede orientar a los trabajadores en su lucha mayor por liberarse de toda explotación.
Declaración de la Liga de Trabajadores Hacia el Socialismo - Panamá (LTS/LIT-CI)
Panamá, 05 de febrero de 2013