Qué es y cómo opera Pacific Rubiales Energy
La empresa Pacific Rubiales se hizo conocida debido a la huelga salvaje a la que se vieron abocados miles de obreros petroleros el año pasado en Puerto Gaitán exigiendo estabilidad laboral y salarios justos. Después la opinión pública ha sido sometida a una sistemática campaña publicitaria que muestra a esta transnacional como promotora del progreso y la vida digna de los pobladores de la región. Nada más lejos de la realidad.
La empresa canadiense explota petróleo, oro, comunicaciones y agrocombustibles
Pacific Rubiales Energy es un grupo económico conformado en Canadá por antiguos socios de PDVSA (Petróleos de Venezuela S.A.), que se aprovecharon de la creación de la Agencia Nacional de Hidrocarburos de Colombia en 2003. Creció bajo el auspicio del gobierno de Uribe Vélez explotando gas en el municipio de San Pedro, Sucre. Desde 2007 exploran petróleo en Puerto Gaitán, Meta.
Hoy Pacific Rubiales está dedicado a la explotación de carbón, oro, hierro, acero, producción de energía y cultivos de caucho y palma de aceite. Es dueño de Agro Cascada, para tratamiento de aguas residuales, y de la Promotora Agrícola de los Llanos, para la producción pecuaria en Campo Rubiales. También son propietarios de medios de comunicación: el 19% de Cablenoticias y hasta hace unos días el 10% de El Tiempo, que pertenece hoy al banquero Luis Carlos Sarmiento.
Recientemente se dio a conocer que sus ingresos en 2011 fueron de 3.381 millones de dólares y sus utilidades de 554 millones de dólares, un crecimiento del 109% respecto a 2010. Adicionalmente, señalan que estas cifras son producto del sofisticado manejo de la tecnología y la estrategia empresarial. Pero lo cierto es que ha sido un conglomerado que ha crecido al amparo de los gobiernos de Uribe y Santos y sobreexplotando a los trabajadores en verdaderos campos de concentración.
Estrategia empresarial: contactos e influencias
Así explica la prensa burguesa su “sofisticada” estrategia empresarial: “...han entendido que el negocio del petróleo siempre incluirá una alta carga de política. (…) construyeron una sólida red de contactos e influencias, a través de movidas que van desde contratar figuras que han ocupado cargos públicos hasta juntar en un juego de golf a Bill Clinton con el presidente Santos”. Para entender un poco mejor en qué consisten estas “sofisticadas” prácticas empresariales miremos lo que se menciona del multimillonario canadiense Frank Giustra, quien consiguió los recursos y los inversionistas para echar a andar el proyecto de explotación minera en nuestro país: “…ha sido señalado por recibir favores del ex presidente Clinton para hacerse a una explotación minera en Kazajistán”. Según lo señaló en su momento el New York Times: “Después de pacto minero, inversionista hace donación a Clinton” (Revista Dinero, marzo 4 de 2012).
Las prácticas descritas nos ayudan a entender por qué Pacific Rubiales y sus empresas están a punto de convertirse en uno de los mayores conglomerados de Colombia con la venia de los gobiernos de Uribe –del cual algunos colaboradores hoy ocupan altos cargos en la multinacional– y Santos.
La explotación, su mejor práctica
Las descomunales ganancias que reporta la empresa petrolera Pacific Rubiales son el fruto de las condiciones laborales de semi-esclavitud en las que mantiene a sus 12.400 trabajadores. En primer lugar hay que mencionar que sólo 1.400 tienen empleos directos mientras 11.000 son contratados a través de contratistas o cooperativas de trabajo asociado, con salarios por debajo de la media del sector, sin prestaciones y sin estabilidad.
Estos trabajadores que producen 225.000 barriles de crudo diario –25% de la producción nacional– laboran 21 días continuos por 7 de descanso, las jornadas empiezan a las cuatro de la mañana (hora en la que suena la diana para compartir 40 duchas entre 1.400 hombres y un sanitario por cada 40). El regreso de los pozos es a las seis de la tarde y no se les reconoce horas extras. Los trabajadores tienes doble gasto pues viven alejados de sus familias a las que deben sostener. Adicional a esto deben compartir en carpas por 140 trabajadores, estas condiciones insalubres son apenas comparables con la falta de seguridad industrial que existe en los pozos, lo que se corrobora por la alta accidentalidad.
A este panorama se le suma la inestabilidad laboral. Muchos de los trabajadores accidentados no son enganchados nuevamente. Lo mismo ocurre con aquellos a los que se les daña el equipo o pierden alguna de sus herramientas. No sólo se les descuenta de su salario sino que pierden el empleo.
La irresponsabilidad de la patronal no sólo se mide por la indiferencia con que asumen estos problemas laborales sino que hay que sumarle el deterioro ambiental y social que ocasionan en la región donde están instalados. La contaminación, el deterioro de las vías por los pesados carros cisternas y la alta inflación que causa son algunas de las circunstancias que llevaron a la huelga. A esto hay que sumarle que allí no existe la soberanía nacional sino los intereses de la empresa respaldada por el Ejército Nacional, que cuida estos campos de concentración.
La locomotora sigue a todo vapor
Para mantener esta situación la empresa ha utilizado todos los medios, con el apoyo del gobierno nacional, en especial del vicepresidente Garzón, quien ha jugado un papel estelar dilatando la solución del conflicto mediante maniobras de negociación que sólo buscan apaciguar a los trabajadores a la vez que confunden a la opinión pública.
Por otra parte, el Ministro de Minas de Uribe, Hernán Martínez, mediante demanda interpuesta logró que el Consejo de Estado suspendiera el decreto 0284 de 1957 y su Resolución 0644 de 1959, que plantea que los salarios de los trabajadores de las empresas contratistas y subcontratistas deben homologarse a los que devengan en las empresas operadoras, con lo que Pacific Rubiales dejó de estar obligada a aplicar la convención colectiva de Ecopetrol a los trabajadores por contrato.
Hoy podemos decir que las condiciones laborales no han cambiado y que de la huelga de Puerto Gaitán lo que quedó fue un sinnúmero de actas y acuerdos que han sido sistemáticamente violados por la empresa con la complacencia del gobierno. Por todas estas razones es importante preparar el camino de la lucha.
Manuela