Mediante la lucha obligan a la empresa a negociar sus peticiones
El Socialista: compañero Rodolfo, ¿desde cuando opera la empresa Reficar en Cartagena y cuál es su tarea básica?
Rodolfo Julio: Reficar, refinería de Cartagena, estableció un convenio con la multinacional Bridge & Iron Company (CBI) para la ampliación de la refinería de la ciudad. Aclaro que CBI era una empresa dedicada especialmente a construir puentes...
ES: ¿Cuándo se inició el conflicto?
RJ: Los trabajadores empezamos a organizarnos desde el mes de febrero porque nos enteramos de las desigualdades salariales. Esto llenó el vaso, ya que veníamos sufriendo malos tratos verbales y físicos, agresiones psicológicas porque nos han tildado de flojos e ineptos y no protestábamos por miedo al despido.
ES: ¿Qué nos dice de su organización sindical?
RJ: Precisamente debido a que todos nosotros nos afiliamos a la USO el pasado 16 de enero, nos sentimos más seguros para iniciar nuestro movimiento, pero lo hicimos por sectores, por eso hubo despidos y bloqueos con los carnets de acceso a la empresa. Pero para el día 12 de abril ya habíamos entendido que solo la unidad nos haría fuertes y por eso suspendimos los 5.000 trabajadores que actualmente tiene la empresa. Sólo así logramos que la empresa nos reconociera y respetara.
ES: Y de verdad que lo lograron
RJ: Claro que sí. Vencimos la arrogancia del gerente Orlando Cabrales, quien hasta el momento nunca había querido ni siquiera entrevistarse con nosotros, mucho menos atendernos
ES: Cuéntenos, cómo lograron obligar a que los representantes del gobierno y los directivos de la empresa se sentaran a negociar
RJ: Todo fue una preparación cuidadosa para evitar infiltración de la información y para que no se malograra nuestro plan. Nos pusimos en acción a las cuatro de la mañana el día 12 de abril, bloqueamos las tres entradas con 600 hombres, nos organizamos de tal manera que nadie entraba o salía sin nuestra autorización, y en el enfrentamiento con el cuerpo de la SMAT llegamos incluso a despojarlos de sus escudos protectores, hubo heridos de parte y parte, pero logramos que el gerente arrogante tuviera que venir volando a atendernos, llegó en helicóptero al campo de trabajo, se tuvo que tragar su orgullo y menosprecio hacia nosotros, acudieron a la negociación también Tarsicio Mora presidente de la CUT, Julio Carrascal como secretario de asuntos de hidrocarburos de la CUT, el personero distrital, el Defensor del Pueblo y Marta Solano como representante del Ministerio del Trabajo.
Acordamos que la empresa suspende la persecución a los líderes de la protesta, la presentación de 200 descargos, el bloqueo de los carnets de entrada a la empresa, el pago de los dos días de negociación, el reintegro de los despedidos y además estamos exigiendo que se llame a trabajar a los casi 3.000 trabajadores que recibieron capacitación y aún están esperando su vinculación con la empresa. A partir del 27 de Abril se iniciarán las negociaciones en firme con el acompañamiento de la USO y los negociadores de los trabajadores y de la empresa.
ES: Usted mencionaba trato desigual en el seno de los trabajadores, con ello, ¿a qué hacen referencia?
RJ: Bueno, las desigualdades que la empresa ha impuesto son terribles, de carácter económico. Mientras un aparejador nacional recibe de salario 2 millones de pesos (1.100 dólares), a un extranjero, por el mismo trabajo, le reconocen 9.000 dólares y no contentos con esto les dan 300.000 pesos diarios para sostenimiento. Esta es la razón por la cual dichos trabajadores viven en los mejores barrios de la ciudad, El Laguito, en Bocagrande, etc. Esto además de que nos ofende, ahonda las diferencias entre nosotros. A un soldador nuestro le pagan en promedio 2.900.000 pesos, a un filipino o un peruano le pagan de 12 a 15 millones,
También hay desigualdades de carácter prestacional. Cuando nosotros salimos de vacaciones nos quitan el bono de $1.500.000 pesos, mientras que a los extranjeros le dan pasajes para cualquier lugar del mundo, les reconocen 15 días de descanso por cada 90 de labor, y nosotros no tenemos aún el derecho. A la menor infracción, en seguridad industrial, el trabajador es despedido, mientras que para al extranjero hay amonestaciones y llamados de atención.
ES: ¿Existen otra reivindicaciones más estructurales que ustedes estén negociando?
RJ: Claro que sí, logramos que se nos reconozca el derecho a la sindicalización y libre asociación. Estamos luchando para que haya igual trato para nosotros en los aspectos laboral económico y cultural. Digo esto porque existe extratificación en el pago de los salarios. Imagínese que una secretaria que vive en nuestros alrededores recibe menos salario que una que vive en Bocagrande. El trato en los buses y restaurantes también es discriminatorio.
Con los accidentes de trabajo ocurren cosas tan absurdas como la siguiente: un trabajador sufrió una herida en un dedo y en lugar de mandarlo a su casa, debió pasar la incapacidad en el lugar de trabajo.
ES: Qué interpretación le dan, a esta situación, los trabajadores?
RJ: creemos que los administradores de CBI no tienen la más mínima idea de la legislación colombiana, creo que hay derroche de dinero, hay burocracia en la empresa. Si un trabajador tiene problemas, lo despiden y le cancelan los salarios antes que hacer llamados y amonestaciones.
ES: ¿Qué otras aspiraciones de tipo político y económico buscan ustedes con la protesta?
RJ: Creemos que se debe hacer la discusión sobre el precio de la gasolina, todos los colombianos sufrimos las consecuencias de tan altos precios. No entendemos como en Colombia la gasolina cuesta más que en Venezuela, país que también produce petróleo. El senador del polo, Robledo, planteará esta discusión en el congreso. Todos debemos hacer que esta discusión trascienda y la población ayude para que la situación mejore.
ES: ¿Existen otras anomalías que usted quiera hacer conocer?
RJ: Si, tiene que ver con el personal administrativo y jefes de personal, muchos de los cuales son pensionados de Ecopetrol. El mismo gerente, Cabrales, se gana 50 millones, y tiene una pensión de 30 millones; Vernus Matheus recibe 90 millones de pesos como gerente de operaciones.
Algunos de los trabajadores extranjeros no tienen visa de trabajo sino de turismo. Hay cargos burocráticos, en la empresa vemos a muchos supuestos trabajadores sin ocupación definida.
El costo total de la nómina de los 5.000 trabajadores colombianos es de 7.000 millones de pesos y el de los extranjeros (300 trabajadores) es de 2.500 millones de pesos; una simple operación matemática nos muestra el desbalance..
Otra gran denuncia tiene que ver con el tipo de contrato que nos hacen, es por porcentaje de obra y no por tiempo determinado de dos o tres meses. Es decir, nos contratan por el 20% o el 80% de la obra. No sabemos exactamente a que corresponde dicho porcentaje, por tal razón estamos a merced de la buena voluntad del empleador. Cómo sabemos cuál es el porcentaje definitivo de una obra, si nos engañan. Esta nueva modalidad de contratación debe ser combatida y denunciada.