PST Colombia

Partido Socialista de los Trabajadores

Marcha Patriótica: otra crisis para el PDA

Después de la crisis política y electoral del Polo Democrático, los parlamentarios y las fuerzas políticos anunciaron a finales del año pasado la realización de una Conferencia Ideológica, que sería orientada por Carlos Gaviria Diaz, para febrero de este año.
La crisis del Polo (originada por un programa que defiende la Constitución del 91 y por una política de alianzas con sectores de la burguesía) sería conjurada en este evento en el que discutirían el carácter del Gobierno de Santos y la política de alianzas hacia las próximas elecciones. Pero la Conferencia fue aplazada en principio para abril y la semana pasada se anunció su aplazamiento indefinido.
El Comité Ejecutivo Nacional del PDA manifiesta razones logísticas pero es evidente que las razones son políticas y programáticas y que esta definición marca otro punto de inflexión en la larga crisis del PDA.
La primera reacción fue de la senadora Gloria Inés Ramírez, militante del partido Comunista Colombiano, PCC, quien manifiesta que la principal razón fue la negativa de un sector de la dirección de participar de la Marcha Patriótica que se realizará entre el 21 y el 23 de abril, que tiene como principal objetivo crear un movimiento político cuyo eje central sea la negociación del conflicto armado en Colombia.

Salidas de emergencia
Ante la crisis, los dirigentes del Polo llamaron a la militancia a no dejarse seducir por el Movimiento Progresista de Petro (que no sólo le ganó la Alcaldía sino que le arrancó la mitad de los senadores) y a fortalecer la Conferencia Ideológica. En las regiones – en especial en Cali, Medellín y Bogotá – se realizaron eventos preparatorios, pero lo cierto es que el Polo Democrático es hoy como un edificio en llamas en el que todos buscan salidas de emergencia.
Es así como ante las plataformas sociales que tienen como eje la solución política del conflicto armado – la Marcha Patriótica y el Congreso de los Pueblos – las organizaciones de izquierda al interior del PDA han concurrido a su llamado y han encontrado allí un espacio más amplio que el de las elecciones y las curules. De esta manera también le dan salida a sus bases sociales que cada vez le cuestionan más su permanencia en el Polo en función de contratos y curules.
Por ello la mayoría de las organizaciones de izquierda que integran el PDA - Fuerza Común, Partido Comunista Colombiano, Polo al Sur, Poder y Unidad Popular, Vamos por los Derechos, Movimiento por la Constituyente Popular, Presentes por el Socialismo, Colectivo María Cano, Polo Crítico y Corriente Ecosocialista, entre otros – firmó una declaración política rechazando la decisión del Comité Ejecutivo.
Sostienen estas organizaciones que: “el Polo Democrático Alternativo debe crear y mantener puentes de articulación y diálogo a otras iniciativas como el Congreso de los Pueblos, la Marcha Patriótica y la Coordinadora de Organizaciones y Movimientos Sociales y Políticos… Por ello consideramos que la Conferencia Ideológica Nacional debe hacerse de inmediato como fue orientado por la Dirección Nacional hace más de un año… Desafortunadamente, sectores dentro de la conducción del Polo no han permitido que se avance en esta responsabilidad histórica, en razón de lo cual, los abajo firmantes manifestamos nuestro desacuerdo con una decisión mal tomada de aplazamiento indefinido de nuestra Conferencia Ideológica Nacional, reconociendo que implica también una demora en el proceso de cualificación del Polo hacia su Congreso Nacional. Además, rechazamos las dilaciones que se imponen a la construcción de puentes con los procesos de movilización y articulación política nacional”.
El PCC reafirma estas tesis, argumentando la importancia de estas plataformas que se están generando ante un eventual proceso de paz: “se observa como rasgo transversal la común preocupación por los asuntos de la paz o la guerra, las consecuencias de esta última en las comunidades, la necesidad de sustraer la búsqueda de la paz al monopolio excluyente del presidente de la república o de las solas relaciones gobierno- guerrilla para hacer de la paz democrática una necesidad de la nación”.
Y más adelante sostienen: “En el caso de la Marcha Patriótica, la dirección del Partido Comunista Colombiano ha valorado la decisión de este proceso, de constituirse en un movimiento político concebido en un contexto unitario, orientado al fortalecimiento de las convergencias entre las distintas fuerzas del movimiento popular y ha expresado su simpatía por dicha iniciativa... El PCC reitera su disposición de contribuir al fortalecimiento del Polo, en tanto proceso unitario de construcción colectiva”.
Para el Partido Comunista, la Marcha Patriótica constituye una opción unitaria que incluso puede convertirse, si se concretan las negociaciones que al parecer están en marcha entre las FARC y el Gobierno de Santos, un nuevo escenario político de unidad, más allá del Polo Democrático.

Aviso de incendio
Pero así como la militancia del Partido Comunista criticó su posición complaciente frente al Gobierno de Samuel Moreno en Bogotá, otros sectores cuestionan hoy su adhesión a la Marcha Patriótica.
Alfredo Holguín y otros integrantes de la Coordinación del PCC en el exterior, en un documento llamado ‘Entre el PDA y la Marcha Patriótica: Las ambivalencias políticas del PCC’ sostiene que: “la dirección del PCC, por acción u omisión, se compromete de manera entusiasta con la creación de un nuevo movimiento político denominado Marcha Patriótica, enviando mensajes confusos, tanto a la militancia como a los otros sectores, con quienes mancomunadamente trabajamos desde hace varios años en el PDA… Los voceros de oficio de la Marcha Patriótica, omiten el papel que ha jugado y juega el PDA al tiempo que hiperbolizan los alcances del neonato movimiento político. Faltan a la objetividad al caracterizarlo como un verdadero movimiento amplio ‘que sí lucha por las verdaderas transformaciones’, y sin rubor dicen sus textos ‘que este es el movimiento alternativo por excelencia”.
Para Holguín, si bien el Polo atraviesa una crisis política, es un ejercicio unitario que se debe preservar y recuerda el peligro de considerar la Marcha Patriótica como un nuevo escenario político en medio de una posible negociación política, recordando experiencias del pasado:
“Aparte de la responsabilidad política del Estado en el genocidio contra la UP, aun nos falta evaluar responsabilidades políticas en la toma de decisiones, y sabemos con claridad que cerca de dos generaciones de cuadros del PCC fueron asesinadas entre 1985 y 1995. Los comunistas, incluidos los compañeros dinamizadores del nuevo movimiento político, ¿estamos dispuestos a exponer a los sobrevivientes y a las nuevas generaciones de cuadros a un nuevo exterminio focalizado?”.

Señales de humo
Lo que una vez más está en juego es el problema de la unidad de la izquierda, que muchos pregonan como una consigna vacía. El balance sobre el papel de las guerrillas en la crisis del movimiento social, al cual han instrumentalizado con su vanguardismo y su militarismo, y sobre los frentes políticos que – como el PDA – han puesto los intereses de los trabajadores y los sectores populares al servicio de sus aspiraciones electorales, están por hacerse.
Hoy existen llamados a crear nuevos movimientos cuyas bases programáticas giran en torno a la paz. No hay ninguna duda de que este es un tema fundamental en la política colombiana, pero no podemos aceptar que los trabajadores y los sectores populares tengan que convertir la negociación de paz en el centro de sus luchas o que la negociación del conflicto armado conllevará a una negociación del conflicto social.
Para las fuerzas de izquierda que integran un PDA en crisis, en medio de divisiones y desprestigios, espacios como la Marcha Patriótica y el Congreso de los Pueblos se presentan como salidas de emergencia a la crisis estratégica del Polo y como una forma inmediata de mantener su cohesión interna y mostrar a sus bases que siguen siendo organizaciones de izquierda que luchan contra el régimen, a pesar de defender la Constitución del 91. Pero en estos nuevos espacios los militantes revolucionarios tal vez encontrarán mayor presencia de organizaciones sociales, pero la orientación política seguirá siendo el reformismo y la conciliación de clases.