PST Colombia

Partido Socialista de los Trabajadores

La juventud en la encrucijada

II Congreso de la Juventud Trabajadora - CUT

 

Desde 2008 los gobiernos en todo el mundo están avanzando en la aplicación de políticas de recorte contra los trabajadores, para salvar a las grandes empresas y grandes bancos de la crisis económica que ellos mismos generaron. Pero, también en todo el mundo, los trabajadores y las masas se movilizan contra estos ataques y por sus reivindicaciones; en todas estas luchas miles de jóvenes han sido protagonistas, dado que estas políticas, más que afectarlos, los están dejando sin futuro. Ese es el marco en que se desarrolló el II Congreso de la Juventud Trabajadora, convocado por la CUT para los días 8,9 y 10 de noviembre y al que Unidad Estudiantil (UNES) presentó una propuesta de programa para la juventud.

 

Una generación sin derechos

Un gran fenómeno social es la aparición de una nueva generación de jóvenes hijos de obreros y de sectores populares que, una vez terminan la deteriorada educación secundaria, no encuentran acceso a la Universidad ni al mercado laboral: se trata de los “ni-nis” –ni estudian ni trabajan-, los cuales acaban convirtiéndose en la práctica en parte del ejército industrial de reserva. Estamos ante una generación obrera y popular para la que ya no pesa la ideología de la “caída del socialismo”

porque no conocieron los Estados Obreros, como tampoco fueron víctimas de la cruzada ideológica contrarrevolucionaria de los 90; sin embargo, son presos de ella, en los medios, la educación y la sociedad, por ello ven “utópica” toda apuesta anticapitalista del presente a la vez que ven con desdén la política.

A pesar de esta situación de retroceso ideológico, la incertidumbre material frente al futuro obliga a lo mejor de esa nueva camada de proletarios a buscar una salida en las propuestas revolucionarias, convirtiéndose en cantera para la construcción de la nueva dirección revolucionaria. Sus movilizaciones e inconformidades están ligadas a la crisis de la educación pública, las luchas democráticas y económicas en las empresas, y al empobrecimiento de los campesinos.

En Colombia se precisa construir una plataforma democrática de lucha para la juventud proletaria, compuesta por los jóvenes trabajadores, desempleados, y estudiantes hijos de trabajadores y sectores populares, quienes al tiempo que representan la vanguardia de las luchas, el futuro de la humanidad y del país, son quienes padecen las peores consecuencias de la explotación y la opresión del modelo neoliberal.

 

Ser joven no es un crimen

Una de las evidencias de la opresión, es la criminalización de la juventud pobre: batidas ilegales, requisas, abusos laborales y policíacos, estigmatización creciente de los jóvenes estudiantes y obreros, habitantes de los barrios populares. La represión y abuso de la fuerza pública, vienen acompañados de un discurso sobre la juventud, que cataloga las expresiones propias de los jóvenes como el grafiti, la música, la vestimenta, las organizaciones y subculturas que son transgresores y disidentes al orden establecido como actos vandálicos y delincuenciales de pandilleros e incluso tratados con frecuencia de infiltrados guerrilleros. Este discurso no es de ahora ni es local, desde el Cordobazo Argentino, el Mayo Francés y Mexicano de 1968, los gobernantes burgueses han temido y detestado la fuerza renovadora y crítica de la juventud y entre ella la de los estudiantes y los contingentes obreros juveniles, críticos entre los críticos y rebeldes por vocación.

Consideramos a la juventud un sector oprimido, opresión de la cual se valen empresarios capitalistas para explotar más y mejor; como decíamos, se convierten en ejército de reserva laboral durante las caídas de la economía: la tercerización, los salarios de hambre, los contratos basura, la nula expectativa de pensión, afectan principalmente a la juventud de nuestra clase; se trata de una mayoría des-sindicalizada, presa de las más reaccionarias ideologías posmodernas (individualismo, apoliticismo, apartidismo) que con pocas herramientas y armas tiene que luchar por su sustento y mejores condiciones de vida.

 

Juventud y salario mínimo

Los problemas de manutención, matrícula, préstamos de créditos educativos, el bienestar educativo, están íntimamente ligados al tema de la concertación del Salario Mínimo, ya que los pírricos aumentos afectan directamente a las familias asalariadas más pobres, a las que pertenecen la mayoría de la población estudiantil y la juventud trabajadora y popular. Ante este panorama, la tarea central de la juventud trabajadora y popular colombiana, es en primera instancia movilizarse y organizarse gremialmente contra los patronos y el gobierno santista desde ya; y en segunda instancia, hacerse sentir, participar en política y construir una herramienta partidaria propia, un partido de los jóvenes trabajadores que se presente como alternativa en la tarea de dirigir el movimiento hacia la transformación socialista del país.

 

Unidad Estudiantil -UNES-PST

 

La realidad juvenil en cifras

Para el periodo 2010-2013, el 79,65% de estudiantes de Educación Superior en Colombia provenían de familias con ingresos de 0 a 3 salarios mínimos. Por otro lado, para 2012, según el DANE, 60 de cada 100 de trabajadores jóvenes, ganaban menos de un salario mínimo, y 23% de ellos ganaba sólo entre 1 y 1.5. SMLV, lo cual desmiente los datos de 2012 del Observatorio Laboral de la Educación, sobre el ingreso promedio ficticio y abultado de un estudiante egresado de pregrado, avaluado en 1.069.599 pesos.

Del total de la población mundial casi la mitad está compuesta por personas menores de 24 años, de los cuales 1.153 millones son jóvenes entre 15 y 24 años, lo que corresponde al 18% de la población mundial.  En términos absolutos hay más jóvenes que nunca; el capitalismo, en su sed por la extracción de plusvalía y mano de obra barata, produce un verdadero caos demográfico, donde los jóvenes y la niñez son las principales víctimas. Si bien la juventud es “policlasista”, es claro que la mayoría proviene de familias trabajadoras y populares, en  Colombia y el mundo, crece la clase obrera y los antagonismos de clase son cada vez mayores.

Es dramático ver que en el mundo existan 74 millones de jóvenes sin empleo (13%), 30 a 70% de los restantes dependen de la economía informal, situación que es peor en el caso de las mujeres, las negritudes e indígenas, por ejemplo en Colombia el desempleo juvenil en las mujeres es del 19% vs el 12% en los hombres,  además en Latinoamérica se estima que sólo el 29% cotizan para algún sistema de pensiones.

Las etapas de la juventud suelen ser  la de un largo o corto ciclo de educación para el trabajo y del trabajo asalariado, aunque a veces se combinen ambas, pues hay muchos estudiantes trabajadores y jóvenes trabajadores que no son estudiantes, más si tenemos en cuenta que sólo el 34% logra ingresar a la educación superior. Para el caso de los estudiantes de sectores obreros y populares (76%), estos necesitan de la manutención básica, la recreación, la ciencia y la cultura. Eldéficit de 12.5 billones de pesos y desfinanciaciónde la educaciónpública, asícomo la mercantilizacióny elánimo de lucro de las universidades privadas, llevan a que el bienestar educativo no estégarantizado.

Nota: cifras tomadas del Documento de la CUT sobre la situación de la juventud

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