La crisis del PDA Corrupción:consecuencia de alianzas con "sectores progresistas"
La tragedia del Polo Democrático no está en que la Procuraduría haya suspendido a Samuel Moreno Rojas de la Alcaldía de Bogotá sino en que la izquierda haya respaldado hasta el final a un gobierno que –en acuerdo con los partidos uribistas– continúa el modelo de ciudad del gran capital, adelanta acciones para privatizar la ETB y participa de la rapiña de la contratación uribista.
El Polo Democrático, como lo hemos advertido desde su creación, hace parte de los procesos de frentes populares (alianzas de partidos de izquierda con sectores burgueses ‘progresistas’ para administrar la crisis del capitalismo) que en América Latina han ascendido a cargos gubernamentales. Al principio, estos procesos son presentados a los trabajadores y las masas como una opción de poder, un escenario de unidad y una nueva forma de organización para los movimientos sociales; pero más tarde surgen los caudillos que controlan contratos y curules y tienen que presentarse ya no como una alternativa sino como ‘el mal menor’. Para terminar en un profundo desprestigio, no sólo para quienes dirigen esos procesos, sino para la izquierda en general.
Hace unos diez años, la izquierda levantaba carteles con las imágenes de Lucho, Lucio y Lula (ya no se habla de ninguno de estos tres personajes como de ‘izquierda’) y anunciaban la creación de un espacio de unidad en Colombia. Al igual que levantaron las imágenes de Hugo Chávez, quien hoy hace acuerdos con Juan Manuel Santos y traslada la Seguridad Democrática al territorio venezolano.
Así llegó Luis Eduardo Garzón a la Alcaldía de Bogotá y se fue sin cambiar una sola de las políticas públicas: procesos de participación ciudadana, política educativa, formas de contratación en la administración pública, sindicalización de los trabajadores distritales (incluidos los de Transmilenio), recuperación de la red pública de salud y un largo etcétera.
Pero sí se comprometió en continuar el modelo Mockus - Peñalosa de favorecer a los grandes carteles de la contratación y de entregar el patrimonio público al gran capital. Y en todo este proceso no existió una sola manifestación de los partidos de izquierda que integran el Polo Democrático contra esta administración. Al contrario, apoyaron a Samuel Moreno Rojas y, a pesar de que se planteó como una continuidad de Lucho, aun mantienen una defensa cerrada de su Alcaldía.
Por eso es necesario que la militancia del PDA haga conciencia de que la crisis que atraviesan no está en que la Procuraduría haya suspendido a Samuel Moreno sino en que las fuerzas de izquierda hayan participado de este gobierno. Es una vergüenza para la izquierda del Polo que en el Concejo de Bogotá hayan realizado una alianza con el Partido de la U, el Partido Liberal y Cambio Radical para administrar la ciudad, a cambio de algunas migajas contractuales y alguna alcaldía menor.
Las causas de la crisis del Polo no está en la corrupción de su dirigencia, esta es una consecuencia obvia de la unidad con sectores burgueses, es decir, es la aplicación del Ideario de Unidad, que no levanta un programa para los trabajadores y los pobres sino de defensa de un Estado Social de Derecho y de la Constitución del 91.
Y ahora, Clara López Obregón asume en encargo la Alcaldía y se compromete con el Gobierno de Santos a continuar administrando los negocios de la burguesía a través de cinco puntos: obrar con transparencia en lo electoral y en la contratación (licitaciones por 200 mil millones de pesos en la Secretaría de Educación), colaboración para trabajar con la Policía, aceleración de las obras de Transmilenio, desarrollar el Mundial Sub-20 de Fútbol y presentación al Concejo Distrital de la venta de la ETB.
La salida a esta crisis no está, entonces, en derrotar electoralmente a la familia Moreno Rojas al interior del Polo Democrático sino en romper con la estrategia de colaboración de clases. Esto implica abandonar la defensa del Ideario de Unidad, las alianzas con sectores burgueses, el parlamentarismo y avanzar en la construcción de escenarios de unidad en la lucha y la movilización de los trabajadores y las organizaciones de masas en defensa de sus derechos.