PST Colombia

Partido Socialista de los Trabajadores

Carta de Iván Cepeda a la Izquierda: el embrujo unitario

OPINIÓN

 
El congresista Iván Cepeda – un día después del inicio del segundo punto de la agenda de los Diálogos entre las FARC y el Gobierno sobre participación política - ha dirigido una carta al Polo Democrático Alternativo, el MOIR, la Marcha Patriótica, el Partido Comunista Colombiano, el Movimiento Progresistas, País Común y al Congreso de los Pueblos llamando a construir una “alianza de la izquierda y los sectores democráticos”.
Para Iván Cepeda, “la perspectiva de la construcción de una paz estable y duradera en Colombia pone a todas las fuerzas políticas –incluidas a las de la izquierda- ante una situación de carácter inédito. Se trata del comienzo de una coyuntura en la que puedan resolverse contradicciones y atrasos estructurales, y fundar una nueva forma de tramitar los conflictos”.
Es cierto que la desmovilización de las FARC constituye un cambio fundamental en la política colombiana, lo que no quiere decir que los resultados de las negociaciones impliquen un cambio en el régimen político pues como ocurrió en el primer punto de la agenda, los diálogos se limitan a resolver cuestiones puntuales de su incorporación y no son, como plantea Cepeda, el inicio de una transición  “de la democracia formal y débil a la democracia real”.
Así como las FARC no ponen en la mesa la reforma agraria sino las zonas de reservas campesinas y en desarrollo rural con enfoque territorial, no pondrán una reforma política donde puedan participar y tener las garantías las minorías sino que discutirán sobre su personería jurídica y su incorporación político-judicial al régimen.
Por ello, es menester señalar que este llamado a la unidad de la izquierda con los sectores democráticos para enfrentar el “régimen de reformismo conservador autoritario” a favor de “la apertura democrática con cambios estructurales” no es nuevo y es necesario que la clase trabajadora y a los sectores populares hagan una reflexión sobre las experiencias que han dejado estas alianzas antes de embarcarse en un nuevo ‘embrujo unitario’.
La más reciente experiencia de unidad fue la del Polo Democrático Alternativo, que se conforma en el 2005 ante la reforma electoral que elevaba el umbral electoral y con la premisa de enfrentar al Gobierno de Uribe Vélez. El PDA no sólo llamaba a la unidad de la izquierda sino a los sectores democráticos, es decir, a sectores burgueses que estuvieran en contradicción con el autoritarismo uribista.
El resultado de este acuerdo político fue la gran frustración para quienes vieron en el PDA una opción política para confrontar al régimen, su Ideario de Unidad, su supeditación de la movilización de masas a la táctica electoral y sus alianzas con sectores de la burguesía los llevaron a una rapiña de curules y contratos. Además de implicar un gran desprestigio para la izquierda, que en Colombia puede ser representada por una liberal como Piedad Córdoba o por viejas familias burguesas como la Moreno Rojas.
El actual llamamiento del congresista Iván Cepeda no es distinto al que en su momento realizó el Polo Democrático, pero sus resultados pueden ser peores y más frustrantes. Esta unidad para defender el proceso de paz y sus acuerdos, que para Cepeda es un “imperativo histórico”, llama a “forjar una coalición pluralista que exprese a todas las fuerzas proclives a la paz y a la democracia”, lo que significaría que en las próximas elecciones estaría por un lado el uribismo y por el otro la nueva unidad de izquierda junto a la Unidad Nacional de Santos.
Esto significa que en aras a garantizar los acuerdos de las FARC la ‘izquierda’ puede terminar votando – en primera o en segunda vuelta – por Juan Manuel Santos, que adelanta la Guerra Social contra los trabajadores y los pobres, o asumiendo estos acuerdos como un programa político, al igual como el Polo Democrático asumió la Constitución del 91 como base de su Ideario de Unidad, con los resultados ya conocidos.