¡Rogando piedad al enemigo!
En carta del 16 de abril de 2012, suscrita por Clara López Obregón, el PDA pide a George Papandreou que, como presidente de la Internacional Socialista de la cual el PDA es Miembro Observador, oriente a los partidos socialdemócratas europeos a que se opongan a la firma del Tratado de Libre Comercio de Colombia con la Unión Europea.
En primer lugar el PDA argumenta dicha petición ante Papandreou señalando la “continua y sistemática violación de los derechos humanos y la persecución al movimiento sindical, incluyendo decenas de asesinatos de sus dirigentes”. Hasta ahí, la petición es válida. Se solicita a los dirigentes europeos de la socialdemocracia que no favorezcan, respalden o den su aval a un régimen político y al gobierno que actualmente lo expresa que lleva a sus espaldas más muertos y desaparecidos que las feroces dictaduras de años atrás en América Latina.
Sin embargo, el PDA erra completamente su posición en los argumentos adicionales de sustentación que coloca a su petición, al señalar: “resaltar el negativo impacto que tendrá este TLC, tal como se negoció, sobre la actividad productiva y la capacidad del Estado para promover el desarrollo económico y social. Importantísimos renglones están seriamente amenazados, como el lácteo, en el cual cerca de 400.000 familias pueden precipitarse a la ruina. La frágil industria está en peligro, se fomenta la desnacionalización de la economía y se limita la posibilidad de la intervención del Estado en el fomento al bienestar social”.
Dirigiéndose a este personaje y a la Internacional Socialista bien podría el PDA haberse callado la boca en este terreno. La Internacional Socialista, los gobiernos de sus partidos en Europa y este personaje en especial, que hasta hace poco fue Primer Ministro en Grecia son agentes directos y ejecutores de los más nefastos planes de austeridad, de recorte de servicios estatales, de ataque a las conquistas de los trabajadores no solo europeos sino del mundo entero.
El mismo Papandreou en Grecia no solo fomentó la “desnacionalización de la economía” sino que aplicó toda clase de planes y medidas que para nada significaban “fomento al bienestar social”. Mientras fue Primer Ministro aceptó todos los dictados e imposiciones de los bancos franceses y alemanes y subastó a precio de remate toda Grecia y a su propio pueblo. Por eso, presionado por el alzamiento general de la población contra sus planes y medidas, tuvo que abandonar el puesto.
Igual que Zapatero en España, igual que lo hará Hollande en Francia si llega a ganar la presidencia, los dirigentes de los partidos socialdemócratas europeos son agentes directos, representantes, siervos y ejecutores de los planes económicos y sociales de la burguesía imperialista que trata de descargar la crisis capitalista actual sobre los hombros de los trabajadores.
En ese terreno, el PDA está rogando piedad al enemigo.