Camarada Libardo:
Me han pedido los camaradas que escribiera esta nota para ti. Una crisis existencial me conmovió al no encontrar el camino, pues este tu discípulo es una rara combinación de poeta y revolucionario, por eso, al evocarte, una parte de mis hemisferios me vinculó con el universo, al que le rindo culto, y la otra, me condujo a la historia de los pueblos y de sus grandes hombres.
Pero enseguida, una síntesis implacable cruzó mis emociones y pontificó sobre los dos. Entonces, un nudo indescriptible invadió mi alma y me dictó estas palabras, como un raudal enloquecido de poesía y revolución: en el ardor del amanecer de la humanidad, cuando el sol del cosmos que ha eones de tiempo nos ilumina, la conciencia constructora de las más antiguas culturas forjó desde sus alucinantes grutas y praderas, el primigenio comunismo que por milenios vivieron los hombres, de las entrañas del devenir, surgió el monstruo de la propiedad privada, usurpando el gobierno de las primeras civilizaciones.
A partir de allí, como en la metáfora de los antiguos dioses que robaron el fuego a los hombres, surgió la lucha de clases: la rebelión de Prometeo se hizo hombre y el grito de combate de los oprimidos de la tierra destruyó, como el grito del tenor los cristales del inexpugnable imperio, las murallas del Estado esclavista y el imperio feudal. Allí ya te veo, camarada Libardo, cuando en los albores del siglo XIX, el sueño de la clase obrera se propone la destrucción del Estado burgués. Las utopías nacientes de la guillotina de La Bastilla, permearon la literatura,el arte y la cultura, y del furor de las máquinas emergieron las luchas de los obreros para convertir en sindicatos y partidos revolucionarios la conspiración del pueblo.
Pero no ha sido fácil combatir contra el capital hoy erigido en imperialismo. En esa lucha, librada en todas las regiones de la tierra, ha corrido como un río la sangre de la clase obrera explotada y oprimida. Sin embargo, la naturaleza, como en una mistérica alianza con los trabajadores, es la gran dadora de la historia de los mejores guerreros que a lo largo de los siglos han orientado las luchas de los pueblos.
Uno de ellos, has sido tú. Toda tu vida, entregada a las luchas de los trabajadores hizo tu linda presencia en el escenario del magisterio un triunfo decisivo para el logro de quizás una de las más grandes conquistas de la historia de la clase obrera en Colombia, el ya mítico estatuto 2277, surgido también, al calor de las luchas del Bloque Socialista en los años setenta, ese ejército de jóvenes revolucionarios de todas las edades que soñaban el socialismo; estas calles de Flandes, de Ibagué, del Tolima y de Colombia, están signadas de tus búsquedas infatigables, cuyas huellas, iluminan el derrotero a las nuevas generaciones que te conocimos, militamos contigo y libraremos las luchas del porvenir en tu nombre.
El Partido Socialista de los Trabajadores, fue tu nave de sueños revolucionarios, que tus pasos fundacionales ayudaran a construir, bajo las banderas del marxismo revolucionario, del Leninismo y de la guía teórica y política del segundo revolucionario más importante de Octubre después de Lenin, el camarada León Trotsky. En esta nave te conocí, ha unos cuantos años cuando ingresé en ella, sumando mis sueños a los tuyos.
Tus contemporáneos y los nuevos luchadores que compartimos contigo el viaje de Marx y Engels, de Lenin, de Trotsky, Nahuel Moreno y de Rosa Luxemburgo, después de surcar los espacios siderales de la utopía, donde aprendimos de ti y luchamos junto a ti a forjar para el proletariado y la clase obrera el Partido de la Revolución, nos hemos agrupado hoy aquí para rendirte tributo, pues desde ayer el sol brilla para nosotros eclipsado en el signo de tu estrella: éste es el ritual, aquí estamos contigo, con nuestra mirada puesta en los confines del cosmos, que circundaremos con tu recuerdo, con tus enseñanzas y tus ideales.
No te decimos adiós, camarada Libardo, pues hoy aquí sentimos tu mirada, escuchamos tu voz y tu caluroso saludo; preferimos entonces, la locura de la razón y el misticismo para decirte que no te has ido, pues en la nave de nuestros sueños, el Partido Socialista de los Trabajadores y la Liga Internacional de los Trabajadores, tus ideas y tus palabras son ahora y seguirán siendo, como en la música de las esferas, la prueba irrefutable de que tu luz brilla entre nosotros, hecha energía inmanente, que se transforma y se hace vida, entre los ciclos de los soles, entre revolución y revolución. Por ello, hoy aquí somos los mismos, somos el pasado, somos el presente y somos el futuro; la madre Tierra nos ha permitido transformarnos, para aligerarse ella, pero también, para reagruparnos de generación en generación, en los escenarios luminarios de la historia, para dar las batallas por el socialismo.
Por ello, aquí te miramos con los ojos de Éngels puestos en Marx, aquí te miramos con los ojos de Lenin puestos en sus camaradas que ofrendaron sus vidas en Octubre, aquí te miramos con los ojos de Trotsky empañados de recuerdos en Lenin, aquí te miramos, camarada Libardo, con los ojos de nuestro PST y nuestro Partido Internacional en la mirada presente de Nahuel Moreno; te miramos con los ojos de Carolina Garzón y de Roberto Oñoro.
Aquí te miramos y te abrazamos y te decimos, vamos querido, a mirar los nuevos brotes de revolucionarios que precederemos y nos precederán, pues ayer o mañana los revolucionarios somos los mismos, esa táctica conspirativa del marxismo revolucionario y del trotskismo que hemos forjado para mantener viva la llama de la revolución a través del tiempo.
Aquí estamos agrupados contigo, aquí estaremos siempre, en cada anochecer y en cada regreso de sol, aquí nos agruparemos siempre, hasta la lucha final, cuando se alcen los pueblos, estaremos contigo, alzando nuestros puños, por la Internacional. Allí en la barricada lo celebraremos, la derrota del capitalismo y el triunfo del soñado socialismo.
Tú puedes decir con Trotsky que “…el porvenir de la humanidad se decide, será una lucha dura, y larga. Los que buscan la tranquilidad y el confort que se aparten de nosotros. En las épocas de reacción, ciertamente, es más cómodo vivir con la burocracia que investigar la verdad, pero para aquellos, para quienes el socialismo no es una palabra vana, para quienes es el contenido de la vida moral, adelante! Ni las amenazas ni las persecuciones, ni la violencia, nos detendrán. Será tal vez sobre nuestros huesos, pero la verdad se impondrá. Le abriremos el camino. La verdad vencerá. Bajo los golpes implacables de la suerte, me sentiré dichoso, como en los grandes días de mi juventud, si he logrado contribuir al triunfo de la verdad.”
Y nosotros diremos de ti con Lenin, que tú fuiste un revolucionario “…que no consagraste a la revolución tus tardes libres, sino toda tu vida.” Nosotros continuaremos contigo tu obra.
Camarada Libardo Rodríguez Marín, ¡hasta el socialismo siempre!
Hernando Ordóñez
Militante del Partido Socialista de los Trabajadores PST-C
Flandes, Tolima, 2 de julio de 2015
En los funerales del camarada Libardo Rodríguez Marín (In Memoriam)
(palabras de Hernando Ordóñez a nombre de los camaradas del Tolima)