Por un programa revolucionario para los trabajadores

El VI Congreso de la CUT se realizará en medio de una posible ruptura histórica en nuestro país: la negociación en firme del fin de conflicto armado. Este conflicto le ha servido al imperialismo y los empresarios para justificar la existencia de un régimen político autoritario y genocida, con elementos fascistas como las bandas paramilitares. En ese sentido los trabajadores debemos estar a favor de las negociaciones de paz; pero estas negociaciones deben limitarse a definir las condiciones de integración de la guerrilla a la vida política legal. Todos los demás temas que se discuten en La Habana sólo pretenden atar a las organizaciones guerrilleras al régimen como lo lograron en Centroamérica o en otras partes del mundo donde las guerrillas se desmovilizaron.
Los trabajadores y demás sectores sociales que nos hemos movilizado de manera permanente contra el régimen y los planes gubernamentales debemos proponer nuestro propio programa político, económico y social. Un programa que arranque de nuestras necesidades inmediatas como estabilidad laboral, salarios adecuados o garantías para vivienda, salud y educación, pero también aspire a resolver los más grandes problemas de la sociedad colombiana: ruptura de todos los pactos que atan a Colombia a los planes del imperialismo en el terreno económico, político y militar; un profunda reforma agraria que beneficie al campesinado, los indígenas y comunidades afrodescendientes; plenas libertades políticas para todos y un plan de desarrollo económico obrero y popular. Es un programa que sólo se puede conquistar por la vía de la movilización de masas y la construcción de una alternativa política de los propios trabajadores y los sectores populares.
El Congreso de la CUT puede estar a la altura de ese reto o limitarse a ratificar el apoyo político que una parte de la burocracia sindical le brindó a Santos para la reelección, convirtiendo a la central en el vagón de cola de sus nefastas locomotoras. La batalla por la independencia política de clase de la principal confederación sindical de nuestro país es la tarea central que tenemos en los próximos dos meses, no sólo los afiliados a la central, sino todos los trabajadores del país.