Paro Nacional del Magisterio: Un balance necesario

El paro nacional del magisterio convocado por Fecode, fue levantado el pasado viernes 16 de mayo. Las bases dieron una demostración de fuerza y voluntad de lucha. Un análisis del desarrollo y los resultados del paro es necesario para que nos preparemos para las luchas que vienen.
Los maestros del país cansados de la asfixiante situación laboral, de perder año tras año el poder adquisitivo de los bajos salarios, del pésimo servicio de salud y las constantes muertes de maestros y familiares causados por la atención médica convertida en “servicio” privatizado, y del oprobioso sistema de evaluación que impide el ascenso a la mayoría del magisterio nuevo, vieron con razón que la única manera de ganar derechos es con la lucha: con el paro.
A esta convicción llegan los maestros a pesar de que las luchas mal conducidas, los pliegos y paros mal negociados y levantados burocráticamente, han mellado la confianza en la organización sindical y en sus dirigentes.
Y así muchos lo dejaron claro: Salimos al paro, pero estamos vigilantes pues no estamos dispuestos a nuevos engaños.
Con esa convicción en la lucha y la actitud vigilante hacia la dirección sindical maestros nuevos y antiguos, hombro a hombro salimos al paro. Aunque varios maestros, vencidos por el escepticismo y la desmoralización de las pasadas luchas fracasadas se quedaron trabajando, la mayoría del magisterio respondió al llamado de la lucha; dejamos el aula y salimos a las calles, mostrándole al gobierno enfrascado en su campaña reeleccionista que “el paro si existe” ante su actitud arrogante de desconocer los paros y las movilizaciones, así como lo ha hecho ante los estudiantes universitarios y los campesinos.
Movilizaciones masivas y resistencia frente a los gases y chorros de agua del ESMAD que tuvimos que enfrentar en algunas partes del país, fue la respuesta de los maestros ante el desconocimiento de sus derechos. Y fue la fuerza de la movilización de las bases, la confrontación de la represión, y la exigencia permanente las que consiguieron los relativos avances de la negociación.
A pesar de la voluntad de lucha y las manifestaciones criticas de la base, el ejecutivo de Fecode sigue sordo ante las exigencias de democracia sindical. Para evitar que se profundizara la crisis sindical producto de las traiciones del año pasado, se cuidaron en la “forma” de levantar el paro consultando a la junta nacional sobre las negociaciones.
Pero el afán de desmontar el paro que mostraron algunos dirigentes de Fecode, incluso desde antes de la hora 0, muestran que su intención era llegar rápidamente a acuerdos con el gobierno, antes dedesplegar toda la capacidad de lucha de los maestros para conseguir avances significativos.
Durante el paro el hermetismo frente a la base fue la constante. En las movilizaciones y concentraciones los informes de los negociadores brillaron por su ausencia, al punto que la movilización del día 15 que en Bogotá fue multitudinaria, a su llegada a la Plaza de Bolívar se encontró con que no había tarima ni sonido, dispersándose así lo que pudo haber sido una gran asamblea para tomarle el pulso a las negociaciones con el gobierno.
 Su política sigue siendo conducir y levantar el paro desde las alturas, por eso presionaron a la Junta Nacional para darle facultades al Ejecutivo para levantar el paro.

Sobre los acuerdos
El que, por fin, se haya escuchado el clamor que exigía firmar como punto clave las no represalias tienen toda la importancia. Consideramos que los tres puntos por los cuales fue convocado el magisterio nacional a paro son justos pero insuficientes. Y así también se relaciona con los resultados de la negociación: unos acuerdos entre los dirigentes de Fecode con el gobierno nacional que representan avances frente a la precaria situación del magisterio, pero insuficientes frente a los problemas de fondo que además plantean varios interrogantes hacia el futuro.
La fuerza real del paro mostró la disposición de lucha de los maestros tanto los del estatuto 1278 como los del 2277. Los del 1278 por primera vez una reivindicación suya es puesta como objetivo de primer orden en una lucha de envergadura nacional, pues la aspiración a la nivelación salarial y en el punto de la evaluación de competencias son unas de sus necesidades más sentidas. Los maestros del 2277 también participan con la fuerza y la experiencia en la lucha ya que viven con mayor crudeza la catástrofe del servicio de salud y la pérdida de poder adquisitivo del salario.
Diferente a las declaraciones triunfalistas, incluidas las de los dirigentes de Fecode, un análisis objetivo de la negociación es necesaria y muestra contradicciones que debemos tener en cuenta. No se puede negar que, objetivamente, el fin de la evaluación de competencias y el inicio de un proceso de nivelación salarial son una mejora con respecto a las actuales condiciones laborales de los maestros. Pero hay que alertar que estos avances son asimilables para el gobierno y éste puede manipularlos en el marco de su política educativa. Según se deriva de sus políticas públicas, el gobierno está dispuesto a dar concesiones al magisterio para poder avanzar en terrenos más estratégicos como ya lo anuncia el estudio de la Fundación Compartir, uno de cuyos autores plantea que al magisterio hay que darle más zanahorias y menos garrote.

Sobre el fin de la Evaluación de Competencias
Es un avance que “La evaluación de competencias establecida como requisito legal y reglamentario para el ascenso y la reubicación salarial, por los decretos 1278 de 2002 y 2715 de 2009 se aplicará por última vez en el año 2014” (texto del acuerdo), ya que abre un boquete en la evaluación punitiva y de control que ha sido el eje de la política neoliberal hacia el magisterio, aplicada entusiastamente por el Ministerio de Educación Nacional. El lograr echar atrás lo que el gobierno presentaba como innegociable y muchos dirigentes del magisterio y sus asesores presentaban como inamovible, es un avance y abre la posibilidad de mejores condiciones de ascenso para el magisterio nuevo. Pero también es una demostración que la política del gobierno es derrotable, si plantemos concretamente los asuntos y luchamos para lograrlo. Sin embargo, pese al tan “mencionado triunfo” al derrotar la evaluación de competencias y que de ser cierto, es una conquista para el magisterio, surge un interrogante: Si este fue el logro más significativo del acuerdo, ¿Por qué por parte del Ministerio de Educación se han realizado por diferentes medios las siguientes afirmaciones?: “No suspendemos la evaluación para los maestros pero vamos a mejorarla”, “La posición del Ministerio no se modificó, la evaluación de los maestros no es negociable”.   Queda pues, una tarea ineludible para los dirigentes de Fecode: Lograr que ratifiquen lo que dice el acuerdo sobre la suspensión de la Evaluación de Competencias o determinar con certeza qué fue lo que se negoció.
Existen además, en el acuerdo aspectos peligrosos que plantean hacia estos dos meses de funcionamiento de la comisión que negociará el nuevo mecanismo de ascenso una alerta para el magisterio: lo primero radica en que los dos meses de funcionamiento de la comisión MEN-FECODE cubre una buena parte las vacaciones. Luego, los dos criterios sobre los cuales se basará el mecanismo de ascenso a partir del 2015 serán la “calidad de la educación”y la dignificación del maestro. Sabemos que para el gobierno “Calidad” de la Educación significa su mercantilización, que se materializa fundamentalmente en la evaluación que incluye la de “desempeño”. Es decir que el fantasma de la evaluación sigue presente y no podemos descartar que el gobierno busque e intente meter alguna modalidad de evaluación o condicionamiento de los ascensos a los resultados de “calidad”.
El otro, es que el Comité Ejecutivo de Fecode avanza en posicionar su concepción de escalafón presente en su proyecto de Estatuto Único por la vía de establecer la Producción académica agregada a la experiencia y los títulos como criterios de ascenso, es decir, más requisitos para ascender. Debe quedar claro que el tiempo de servicio y los estudios deben regir el ascenso. La producción académica (libros, investigaciones, aportes a la pedagogía) debe definirse como otra vía para lograrlo.  Al lado de estos criterios, en los acuerdos  aparece una fórmula abierta y peligrosa por lo que pueda incluir el gobierno de su política educativa y es ese “entre otros” como criterio para el ascenso.
Lo que buscará el gobierno será perfeccionar su estatuto 1278 ya sea manteniéndolo o como base para su propuesta de nuevo estatuto único, como se pude deducir de las recomendaciones del estudio de la Fundación Compartir. Así las cosas, lo que vendría en un mediano plazo sería el “chantaje” a los maestros 2277, para asimilarse al 1278 con la ilusión del salario, pero con un régimen pensional en el marco de la ley 100, o acogerse a un plan de retiro voluntario, como lo plantea el informe Compartir. Acuerdo este que combina la política neoliberal (mejoramiento de la “calidad” de la educación) con la necesidad del magisterio (dignificación del maestro). Habrá que estar atentos y vigilantes a lo que discuta la comisión creada y exigir que se recoja las posiciones que al respecto hay en las bases, para lo cual se torna indispensable que los sindicatos filiales abran a más tardar en 15 días el debate con las bases, con el fin de escuchar sus propuestas sobre mecanismos de ascenso.

Sobre nivelación salarial
Fecode pacta con el gobierno el inicio de un proceso de nivelación salarial que significará para el 2014 a partir de Junio 75 mil millones de pesos y 137 mil millones de pesos para el 2015. Según los informes posteriores al acuerdo se calcula que estas “bolsas” de recursos significan alrededor del 1% de nivelación sobre los salarios del 2014 y el que se decrete en el 2015. A mediano plazo se plantea la gestión de los recursos y los trámites legales para el próximo cuatrienio,  de tal manera que se garantice un proceso de nivelación salarial junto con los recursos para otras necesidades educativas.
Esto más que un verdadero compromiso del gobierno con el justo reclamo de nivelación salarial, parece una promesa de campaña de Juan Manuel Santos a favor de su reelección.
Es necesario prender alarmas sobre los contenidos de las reformas que al decreto 1278 y la ley 715 y demás reglas fiscales pueda hacerse.

Sobre salud
Este es el punto en el que menos se avanza, o mejor dicho donde seguimos igual. El acuerdo repite casi al pie de la letra las promesas de negociaciones anteriores: Que el gobierno garantice los recursos para el pago de los contratos y que se acelere la aplicación de sanciones a las empresas que incumplan los contratos.
El problema estructural del pésimo servicio de salud del magisterio se sigue abordando desde la defensa del modelo privado e ineficiente de la prestación de los servicios de salud, mal llamado “régimen especial”. El compromiso de girar a tiempo los recursos sólo garantiza la acumulación de ganancia de los intermediarios de la salud y las sanciones a las empresas no les resuelven los problemas de salud a los maestros y sus familias.
Es urgente un cambio de estrategia frente al problema de la salud, pues mientras el magisterio defiende su “régimen especial” el movimiento por la salud que lucha contra la Ley 100 ha retomado las banderas de un servicio de salud público prestado por el Estado. El magisterio se tiene que sumar a esta bandera.
Diversos sectores hemos propuesto tanto en el congreso de FECODE como en  ultimas las juntas nacionales  abordar el problema de la salud del magisterio  y sus familias con medidas definitivas como la de que se declare la emergencia manifiesta preventiva que permitan rescindir los contratos, para que este servicio médico asistencial se preste con contratación de manera directa sin intermediación a través de la red pública y privada habilitada por las secretarias de salud de las entidades territoriales, situación que redundaría en un mejor servicio; esta propuesta cuando toca a los empresarios de la salud que se han enriquecido con la pésima prestación del servicio es rechazada de manera unánime por el comité ejecutivo de FECODE.
En resumen, si bien hay avances para el magisterio con la negociación de este paro, la política neoliberal que defiende el gobierno sigue. Los resultados de las pruebas PISA, y las recetas de los tecnócratas y oligarcas sobre cómo terminar de privatizar e instrumentalizar la educación pública anuncian una nueva “reforma” educativa, que profundiza la que el Acto Legislativo 01 de 2001 y la “Revolución Educativa” de Uribe impusieron y nos tiene sumidos en la debacle al magisterio.
En lo inmediato, el desarrollo de la comisión sobre el nuevo mecanismo de ascenso para los docentes del 1278 requiere de la vigilancia y la alerta de todo el magisterio, y de que la dirección sindical discuta con las bases los criterios, mecanismos y requisitos que se discutan allí. Nuevas luchas vendrán y en ellas fortalecer y multiplicar la capacidad de lucha demostrada en este paro serán una necesidad. Para avanzar, es necesario retomar el debate sobre el estatuto docente que necesitamos y la defensa delas conquistas históricas contenidas en el 2277.
Advertimos sobre una maniobra que ya viene caminando, difundido por diferentes agentes de la reelección: el mensaje según el cual habría que votar por Santos “para que el acuerdo sea respetado”, maniobra que debemos rechazar vehementemente.
19 de mayo de 2014
CONMI
COORDINADORA NACIONAL MAGISTERIAL INDEPENDIENTE
UNIDAD DOCENTE PST, COLECTIVO ARIADNA,  NUEVA CULTURA ANTIOQUIA  MOVIMIENTO PEDAGÓGICO INDEPENDIENTE POR LA DIGNIFICACIÓN DEL EJERCICIO DOCENTE, ALÓ MAESTRO TOLIMA.