Tras todas las idas y venidas, vueltas y revueltas, el denominado Progresismo, encabezado por el alcalde de Bogotá Gustavo Petro, ha terminado en brazos del demonio apoyando la reelección de Santos.
Un significativo revuelo ha causado la decisión, llevando a varios dirigentes de ese movimiento, como Antonio Navarro Wolf, a señalar que no votarán por el actual Presidente.
Miles de ciudadanos que respaldaron la batalla democrática contra los intentos de la gran burguesía de arrebatar la alcaldía de Bogotá, que vieron con claridad cómo en esa batalla Santos batalla actuaba según la conveniencia de los más reaccionarios intereses del régimen personificados en el Procurador, miran hoy con desprecio las acrobacias de Petro y el Progresismo; negociando mantener el aparato burocrático de la Alcaldía a cambio de respaldar la reelección santista.
El Partido Socialista de los Trabajadores impulsa el voto en blanco contra todos los candidatos, señalando que ninguno nos representa.
No son alternativa para los trabajadores, los pobres y desposeídos del país, las opciones de la gran burguesía como Santos, Zuluaga, Ramírez. Tampoco lo es el caballo de Troya uribista de Peñalosa, con vicepresidenta declarada seguidora fiel de Álvaro Uribe. El dueto Clara y Aida, expresión política del mismo reformismo de Petro, por sus concepciones programáticas de acuerdos con la burguesía y de sólo colocar “paños de agua tibia” a los profundos males que aquejan a millones, nos merece igual desconfianza.
En ninguno de ellos podemos confiar si queremos producir un verdadero remezón al reaccionario régimen político actual. Para lograrlo la mejor opción es el voto en blanco.
A votar en blanco llamamos a todos los que observan desconcertados las piruetas del reformismo de Petro y los escándalos de chanchullos y trapisondas de Santos-Zuluaga a través de los JJ Rendón, las interceptaciones y las acusaciones mutuas de recibir dineros de la mafia.