El próximo miércoles 9 de octubre, un año y medio después de la desaparición de la activista estudiantil Carolina Garzón en territorio ecuatoriano, Alix Mery Ardila, madre de Carolina, se trasladará a la ciudad de Quito para continuar su búsqueda y ponerse al frente de la campaña que exige a los gobiernos de Colombia y Ecuador se adelanten las investigaciones y la acciones para su aparición.
Carolina Garzón, es estudiante de educación artística de la Universidad Distrital, militante del Partido Socialista de los Trabajadores y comprometida con la defensa de la educación pública colombiana.
Desde el pasado 28 de abril de 2012, cuando desapareció Carolina Garzón, tres fiscales han estado al frente del caso y todavía no se ha tenido ningún resultado. En estos dieciocho meses la búsqueda ha estado en manos de la familia, que en varias oportunidades se ha trasladado a Ecuador y que mantienen de forma permanente al padre de Carolina, Walter Garzón, en la ciudad de Quito. Han contado para ello con el apoyo solidario de organizaciones sociales y políticas, en primer lugar con el PST y el Movimiento al Socialismo de Ecuador.
La lucha de la familia de Carolina Garzón en el vecino país no sólo ha sido por la aparición de Carolina sino que a través de la Campaña Buscando a Carolina han creado la Asociación de Familiares de Desaparecidos de Ecuador, con el fin de presionar a los Estados a que respondan por el derecho a la vida de sus ciudadanos.
“Las investigaciones por el hecho de su desaparición han presentado varias irregularidades y dilaciones, lo cual resulta preocupante si se tiene en cuenta que la desaparición de personas en Ecuador puede estar vinculada con delitos conexos tales como la trata de personas con distintos fines y por ende constituye un grave obstáculo para la vigencia de los derechos humanos”, manifestaron voceros de la Campaña Buscando a Carolina Garzón.
Por ello a partir del miércoles estará al frente de la Campaña Buscando a Carolina su madre, Alix Mery Ardila, quien se trasladó con recursos propios pues las Cancillerías de Colombia y Ecuador no han brindado la solidaridad necesaria para el mantenimiento de los familiares en el país.