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Una consulta popular en Piedras (Tolima) dio como resultado un rechazo aplastante al proyecto de la Anglo Gold Ashanti (AGA) de explotar el oro de La Colosa. La comunidad tolimense sigue así resistiendo el intento de la locomotora minera de Santos de arrasar con un territorio de vocación agrícola y en el que sus habitantes valoran más el agua que el oro.
Un espejismo
A pesar de que el megaproyecto se encuentra en fase de exploración, el impacto negativo empieza ya a perturbar la región, con sus nefastas consecuencias: los trabajadores locales que fueron ocupados inicialmente han sido despedidos, y el elevado costo de vida, de los arriendos, la prostitución, el desplazamiento, los problemas de salud, la descomposición social, el hambre y el desempleo, son hoy los males que afligen a Cajamarca. El encanto de los megaproyectos del Túnel de la Línea, la Doble Calzada y LaColosa, han pasado a ser un salvaje espejismo. Resultado de este drama social es el aluvión de 200 familias -700 personas- que acosadas por la miseria se vieron obligadas a tomarse un lote en el sector de Anaime para construir sus viviendas, y al que han llamado Pueblo Nuevo.
A ello se suma la creciente militarización de la zona. “A los pocos muchachos que quedan en el campo el ejército los persigue los días domingo y los recluta a las malas (...) Tiene una base militar acá en La Colosa, para proteger a los empresarios, a los directivos y al personal de la Anglo Gold, protegen el daño que están haciendo(...) El ejército les dio un batallón al servicio de ellos y los líderes estamos supervigilados”, declaró un miembro de OSADA (Organizaciones Sociales del Cañón de Anaime).
El caballo de Troya
Ahora bien, la AGA viene desarrollando una agresiva campaña de imagen por los medios de comunicación, presentando una supuesta bonanza de beneficios sociales para la comunidad, con el objeto de poner a su favor a la opinión pública. Incluso, promueve el programa Diálogos de la Minería Siglo XXI, una serie de conversatorios y conferencias en donde traen expertos de otros países para presentar una realidad distorsionada de la minería a gran escala en el mundo. Además, están cooptando líderes comunitarios, entidades -públicas y privadas-, periodistas, profesores, artistas, e incluso, financian al Deportes Tolima. Al Festival Folclórico de Ibagué, por ejemplo, le quitaron el patrocinio porque en los desfiles participan comparsas estudiantiles y de artistas que critican a la Anglo Gold.
Pero como si esto fuera poco, ahora la multinacional, en alianza con Fenalco Tolima, pretende diseñar un proyecto denominado Casa Museo de la Minería, un “regalo” a la ciudadanía, con fines supuestamente pedagógicos, que funcionará en el Barrio Cádiz de Ibagué, subterfugio cuyo texto en esencia es adoctrinar a la comunidad para buscar de esta manera la legitimación de su política minera.
La movilización de la conciencia
En Ibagué se han adelantado cuatro Marchas Carnavales en los dos últimos años, con un promedio de 30.000 personas y organizado por el Comité Ambiental por la Defensa de la Vida. También se han desarrollado talleres de sensibilización en Ibagué y Cajamarca, conferencias, edición de revistas -Bios&Ecos, una de ellas-, artículos de todo orden en periódicos regionales y nacionales, conciertos de rock, cine-foros, dos encuentros de Ecovida, demandas jurídicas, acciones populares, mesas ciudadanas, movilizaciones en Cajamarca, vigilias y todo tipo de debates públicos como la Minga Social e Indígena. Los campesinos se han organizado en Comités ambientales, como el Comité Ambiental y Campesino de Cajamarca, que reúne 17 expresiones organizadas del sector, líderes de Juntas de Acción Comunal, campesinos y ambientalistas. También está el Comité Ambiental del Sur del Tolima, y el Comité por la Defensa del Río Opia, en Piedras. Así mismo, el Comité por la Defensa del Rio Lagunilla, en el Líbano, y otro tipo de acciones organizativas en curso.
La expulsión de la bestia
Pues bien, en un proceso de indignación que viene fortaleciéndose, el pasado 5 de junio tuvo lugar la Quinta Marcha Carnaval, en la que participó todo tipo de organizaciones sociales, ecológicas, académicas y políticas de izquierda, aunque también, algunos sectores institucionales, pero con fines politiqueros y electorales. Es un fenómeno que se ha erigido, quizás, en el principal conflicto de masas de la región, y a su vez, en símbolo de la resistencia del pueblo tolimense contra la ofensiva de las multinacionales y la política depredadora del tren de la minería del gobierno de Santos. El rechazo de la población de Piedras, expresado en la consulta (ver recuadro) es parte fundamental de la resistencia, y debemos replicarlo en todos los municipios y veredas afectados por los planes de la AGA.
Sin embargo, antes que la multinacional profundice su acometida -fase de explotación- la comunidad, por su parte, debe pasar a su segunda fase de resistencia: juntar todos los conflictos regionales al problema de La Colosa, en el marco de un paro indefinido de todos los sectores sociales y productivos de la región, que esté orientado por las centrales obreras, sindicales, populares y de izquierda. Sólo así podrá expulsarse al monstruo depredador, de lo contrario, se corre el peligro de que el imperialismo convierta el paraíso de La Colosa en un cráter infernal en donde vierta la sangre y el lodo de su criminal empresa.