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La reforma pensional española no sólo aumentó la edad de pensión y las cotizaciones sino que disminuyó la mesada de los ya pensionados y les impuso un gravamen del que antes estaban exentos. Es el mismo modelo que presentó el gobierno de Santos al Congreso de Colombia el pasado mes de marzo.
Para conocer lo que nos espera veamos sólo dos aspectos de la reforma española que empezó a regir a partir de 2013: retrasa progresivamente la edad de jubilación hasta los 67 años y aumenta de 15 a 25 años el periodo para calcular las pensiones correspondientes, proceso que se implementará en el 2022.
Los capitalistas españoles han hecho bien la tarea impuesta por el FMI y el gobierno alemán con el pretexto de superar la actual crisis. En Colombia en cambio la tarea se empezó hace 20 años y los españoles vienen ahora para mostrarnos que se puede ir más lejos.
Colombia está a la vanguardia en materia de recortes pensionales
Los recortes pensionales en Colombia empezaron a ser implementados con la ley 100 de 1993, veinte años después el número de trabajadores con este derecho es una pequeña minoría, el objetivo de cobijar a un mayor número de trabajadores no se logró y por el contrario el modelo impuesto hace que los jóvenes vean la pensión como un derecho que solo alcanzarán los abuelos.
El panorama para los trabajadores colombianos en materia de pensiones ha venido empeorando, pero aún las reformas han respetado los derechos adquiridos de los pensionados. La ley 100 de 1993 mantuvo un régimen de transición y no tocó a los pensionados, excepto la reforma de Uribe que desmejoró aún más las condiciones quitando la mesada 14 y limitando el régimen de transición, pero siguió sin tocar el derecho adquirido de los pensionados.
Con el sofisma de buscar aumentar la cobertura, dar mayor equidad y hacer sostenible el sistema futuro –según lo señala el ministro de trabajo Rafael Pardo– habrá que trabajar más años y cotizar más tiempo, para cobrar una pensión que será inferior a las que se han cobrado hasta ahora para iguales ingresos y cotizaciones.
Los trabajadores deberíamos ser conscientes que toda reforma propuesta por los gobiernos capitalistas al régimen de pensiones trae como consecuencia inexorable la disminución de la mesada pensional a cambio de mayores cotizaciones en tiempo y dinero.
Los Fondos Privados: el ahorro de los trabajadores al servicio del capital financiero
Puesta en vigencia la ley 100 de 1993 que dio paso al nacimiento de los Fondos privados de pensiones, se desató un campaña sin precedentes mostrando las bondades de acogerse al régimen privado y por supuesto desacreditando el régimen de prima media que hasta la fecha había estado en manos del Seguro Social, entidad estatal.
Veinte años después, muchos de los trabajadores que cambiaron de régimen, abandonando lo público, perdieron el régimen de transición y hoy cuando van a reclamar su pensión reciben porcentajes muchísimo menores que si hubiesen permanecido en el ISS.
El régimen de transición termina en el 2014 o sea que en el 2015 se empiezan a pensionar con ley 100 quienes permanecen en el régimen de prima media que maneja hoy Colpensiones en reemplazo del ISS, Cajanal y demás Cajas de prestaciones de carácter público. Los trabajadores empezaran a ver con más claridad lo nefasto de la ley 100 no sólo porque las mujeres se pensionarán con 2 años más y los hombres con 7, sino que recibirán mesadas muchísimo menores.
Con el régimen anterior y para quienes mantuvieron el régimen de transición la mesada corresponde al 75% del promedio de los devengado en el último, con 1.000 semanas cotizadas. La mesada aumenta 5% por cada año adicional cotizado hasta alcanzar un máximo de 90%.
A partir de 2015, los trabajadores tienen que cotizar como mínimo 1.300 semanas para alcanzar un 65% del promedio de lo devengado en los últimos 10 años. Aumentando 2 puntos por año adicional cotizado puede alcanzar un máximo de 75%.