La huelga de Cerrejón por mejores condiciones laborales

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Los trabajadores de Carbones Cerrejón, la principal mina de carbón de Colombia, se vieron empujados a decretar la huelga para enfrentar a la patronal por las difíciles condiciones laborales en que son explotados. Esta empresa tiene 5.657 trabajadores contratados en forma directa y cerca de 7.000 a través de empresas contratistas, es decir tercerizados. En esa condición, cerca de 2.500 de estos trabajadores precarizados se afiliaron a Sintracarbón para luchar porque se les aplique la convención colectiva y con ello la lucha huelguística se fortaleció.

Explotación extrema con mínima seguridad industrial
Producto de las precarias condiciones en que las transnacionales agrupadas en Carbones Cerrejón (BHP Billiton, Xstrata y Anglo American) explotan a sus trabajadores, las enfermedades profesionales adquiridas hacen parte del alto costo que los trabajadores tienen que pagar para que las ganancias de los patronos sean muy altas. En los últimos tres años estas ganancias aumentaron un 43%.
Las enfermedades van desde las que afectan los pulmones por la aspiración del polvillo, las lesiones óseas, auditivas y dermatológicas, así como daños musculares que termina inhabilitando a los trabajadores para actividades laborales y actividades de la vida cotidiana. También son amenazados por el cáncer “por la pérdida de antioxidantes en su ADN, causada por la exposición a minerales dañinos”, según lo denuncia la Escuela Nacional Sindical. Esta situación tiene a cerca de 700 trabajadores diagnosticados con enfermedad profesional.

Riqueza para las transnacionales, pobreza para los nativos
Mientras Cerrejón explota 32 millones de toneladas por año y aporta el 50% del total de carbón que se exporta de Colombia,  “el 70% de los guajiros vive en la pobreza y el 31% en la extrema pobreza” (Periódico El Espectador 9 de junio de 2012). El sector más afectado con este proyecto minero ha sido el pueblo wayúu, que no ha dejado de tener conflicto con esta minera porque han sido engañados con promesas que no se han cumplido, como empleo, regalías y servicios públicos.
A lo anterior se suma el daño al medio ambiente que empeorará con los planes de la empresa. La minera tiene el proyecto para doblar la producción de carbón para los próximos 20 años. Esto con el objetivo de hacerse con 600 millones de toneladas de carbón que se encuentran debajo del cauce del Río Ranchería. Esto significa desviar el río en un tramo de 26 kilómetros lo que acarreará despojar a los pobladores de la región de la única fuente de agua importante con que cuentan y la destrucción de todo el medio ambiente en la zona. Esto es lo que hace que sea tan importante la vinculación de la lucha de los trabajadores mineros, con la lucha por la defensa del medio ambiente y los intereses de la población de la Guajira y el Pueblo wayúu.
Al cierre de esta edición, la dirección del sindicato y la comisión negociadora, había realizando asambleas para definir si se negociaba sobre la base de la última oferta de la empresa que incluía: un bono por 13.5 millones de pesos por aceptar que la convención fuera firmada por tres años, la incorporación de sólo 600 trabajadores temporales pero no de forma inmediata sino durante los tres años. La empresa se compromete a costear los medicamentos de los trabajadores enfermos, pero no a invertir en seguridad industrial para acabar con las causas que producen las enfermedades profesionales.
Sobre inversión social prácticamente no se ofrece nada, a pesar de las necesidades apremiantes por la falta de servicios públicos. Por ejemplo, en la mayoría de las poblaciones de la región el agua sólo llega un día a la semana y el servicio de energía es muy precario. Ya conociendo el texto final de la convención los trabajadores sabrán evaluar la negociación.

Mercado minero muerte, destrucción y explotación laboral
La crisis de la economía mundial ha sido el argumento para que los capitalistas, con sus gobiernos y parlamentos, elaboren planes contra los trabajadores y los pueblos para aumentar su riqueza, pero las grandes transnacionales son las que más se enriquecen con esos planes, entre ellas las mineras.
Desde mediados de la década pasada la explotación minera se convirtió en un negocio muy atractivo ante la demanda que exige la producción industrial china. Con ello aumentaron los precios de los minerales, por ejemplo, la onza de oro pasó de 270 dólares a 1.800 dólares. También aumentó el ansia de ganancia y los conflictos.
Los conflictos del sector minero tienen dos causas: por un lado, la lucha por aumento de salarios y mejores condiciones laborales de sus trabajadores, entre ellas seguridad industrial; por otro, la resistencia contra el daño al medio ambiente, por la forma irracional y depredadora en que las empresas explotan, pues dejan a comunidades enteras sin recursos naturales y con altos grados de contaminación. Las transnacionales también producen desplazamiento forzado de comunidades indígenas y campesinos pobres, y cuentan con el apoyo velado de los gobiernos y el Estado. A continuación sólo algunos casos.

España: ejemplo de lucha
En 2012 los mineros de Asturias desarrollaron un radical conflicto contra las medidas del gobierno de Rajoy, medidas que implicaban cierre de minas y desempleo. El conflicto contó con apoyo y simpatía de la población y marcó un cambio en la lucha contra el gobierno del Estado español, pues su ejemplo incentivó la lucha de otros sectores de trabajadores como los docentes y trabajadores de la salud que ahora son la vanguardia de la resistencia contra el plan de ajuste dictado por la banca imperialista.

Sudáfrica: masacres para garantizar ganancia transnacional
Los mineros sudafricanos también fueron protagonistas de la resistencia contra las transnacionales mineras en 2012. En agosto tres mil mineros de la mina Marikana, explotada por la inglesa Lonmin, la tercera productora de platino más grande del mundo, se declararon en huelga y se movilizaron. La respuesta del gobierno fue enviar la policía a reprimir, el resultado fue una masacre de 34 mineros. Pero la situación no paró ahí, las manifestaciones se prolongaron por lo menos 8 días más y hubo más mineros muertos, aunque también algunos policías.

Carbón rojo: made in China
Las minas de China son consideradas las más peligrosas del mundo. Los cálculos indican que en promedio mueren en accidentes unos siete mil mineros por año. “En el país asiático se producen el 80% de las muertes en minas hulleras del mundo, pese a que el país sólo extrae el 35% del carbón en el planeta. Se calcula que unos 7.000 mineros mueren al año en explosiones de gas, inundaciones e incendios dentro de los pozos hulleros”. (Periódico El Mundo de España,15 de febrero de 2005). Esta nota es de 2005, pero las cifras no han cambiado, porque para mantener las gigantescas ganancias, las condiciones deben seguir igual.

Suramérica: depredación a gran escala
El continente latinoamericano ha sido designado, en la distribución internacional de la producción capitalista actual, como fuente especial de explotación de los recursos mineros y energéticos, lo que incluye el carbón. Son 16 países a donde se han volcado las transnacionales a saquear esos recursos. Por el carácter depredador, donde muchas de las explotaciones se hacen a cielo abierto y destruyen fuentes hídricas que son contaminadas, los conflictos no han hecho esperar.
Perú es uno de los países donde más conflictos se han desatado. Desde que asumió la presidencia Ollanta Humala, en julio de 2011, los conflictos mineros han dejado varias decenas de muertos. En Bolivia ha habido conflicto entre los trabajadores mineros de la estatal Corporación Minera de Bolivia (Comibol) y los cooperativistas privados (respaldados por Evo Morales) por la explotación del yacimiento de estaño de Colquiri. Ese conflicto ya produjo un muerto. Mientras que en Argentina ha surgido un movimiento en contra de la explotación minera en los glaciares, así como en contra de la minería en Jujuy.
En Ecuador el gobierno de Correa tiene como proyecto complementar la economía petrolera con grandes proyectos de explotación minera, a pesar de la oposición de las comunidades indígenas que han resistido desde hace años. Los conflictos también han estado presentes en Chile con los proyectos Pascua Lama y Los Pumas. En Colombia, uno de los principales países donde las transnacionales están haciendo mayor inversión extranjera, están amenazados los páramos y la selva.
Los conflictos han logrado frenar momentáneamente algunos proyectos, pero el poder de las transnacionales es muy grande y dominan a los gobiernos y al Estado. La debilidad de las luchas es que no están unificadas, ni nacional ni internacionalmente. Para derrotar a las transnacionales y al capitalismo depredador es necesaria la solidaridad y unidad de los conflictos. Los mineros de Asturias en medio de su heroica lucha decían que solos no podían derrotar al capitalismo, que era necesaria una lucha unificada de trabajadores y pueblos a nivel internacional.