En diciembre del 2013, se repitió, una vez más, la farsa orquestada por el Gobierno y los empresarios, con la colaboración de las centrales obreras, es decir la mal llamada concertación del Salario Mínimo Legal Vigente (SMLV) para el 2014.
El capital imperialista representado en las multinacionales y en la banca extranjera y la burguesía,informaron de las billonarias ganancias obtenidas en el año que terminaba, un crecimiento del PIB superior a 4% y una inflación del 1.9%, y una proyección del 4.7% o más para el crecimiento del PIB para el 2014.
Pero a la hora de discutir el aumento del SMLV, que se le aplica a 1.273.000 trabajadores, decidieron guardarse para ellos toda la riqueza producida y hacer un miserable aumento del 4.5%. Finalmente, pasó de $589.500 a $616.027 y el auxilio de transporte a $72.000.oo. Con este aumento se ha logrado mantener el precio de la mano de obra en el país como uno de los más bajos del mundo.
Los capitalistas terminaron felices las negociaciones, mejor no les pudo ir. El Presidente de la Andi, Bruce Mac Master expresó muy bien la inmensa satisfacción de los capitalistas:“En Colombia es posible concertar los temas estructurales del país, tal es el caso de las políticas salariales. Así lo muestra el acuerdo alcanzado y eso es una buena noticia que presagia un ambiente armónico en las relaciones laborales para los tiempos venideros”[1]
El siniestro papel de la burocracia sindical
La ley le otorga a las direcciones de las centrales obreras la función de representar a los millones de víctimas del salario mínimo, cuando dentro de los socios de esas centrales muy pocos ganan el salario mínimo, pues la inmensa mayoría no están sindicalizados. Además todos los burócratas sindicales que asisten a las reuniones de concertación deben tener salarios5, 6 u 8 veces superiores al SMLV. Como todos los años, el Comité Ejecutivo de la CGT, encabezado por el señor Julio Roberto Gómez, la dirección de la CTC, la Confederación de Pensionados fundada por la CGT y algunos sectores de la CUT, se debieron ir felices a las vacaciones de fin de año, pues cumplieron a cabalidad su papel, de colaborar con los capitalistas y el gobierno, para estrangularle el salario a millones de trabajadores.
Las organizaciones y corrientes sindicales clasistas, así sean minoritarias, así mismo los socialistas, deberían mantener una política de denuncia sistemática sobre el problema del SMLV y la negociación que se hace del mismo por parte de la burocracia sindical, que no son representantes de los trabajadores que son afectados por el mismo. Habría que incorporar en la política permanente una propuesta de lucha por el salario mínimo, vital y móvil, que necesariamente tendría que ser superior al que todos los años negocian los capitalistas, el gobierno y la cúpula burocrática sindical, a espaldas de los trabajadores.Igualmente, no habría que descartar la posibilidad de propiciar la organización de las víctimas del SMLV, para que exijan su presencia en las negociaciones de fin de año.
Lo que nunca podemos olvidar los socialistas, y siempre se lo debemos repetir a los trabajadores, es lo que Carlos Marx les recomendó hace más de 150 años, que sigue teniendo plena vigencia, la lucha cotidiana por los salarios es fundamentalpero absolutamente insuficiente; los trabajadores–al tiempo que libran aquella lucha– deben inscribir en su bandera esta consigna revolucionaria: “¡Abolición del sistema del trabajo asalariado!”.[2]
Cote
[1]El Tiempo 27/12/2013.
[2]Marx Carlos, Salario, Precio y Ganancia, 1865. Editorial Progreso, Moscú.