Sintraholcim firmó Convención Colectiva: un paso adelante en la lucha

En días pasados fue firmada la primera convención colectiva entre la multinacional Holcim y Sintraholcim, lo que representa un paso adelante en la consolidación de una organización sindical que a pesar de su inexperiencia y corta vida, ha dado muestras de su carácter clasista. Sobre la importancia de este logro, El Socialista conversó con Gustavo Zuleta, ex negociador y miembro de la comisión estatutaria de reclamos del sindicato.

El Socialista. ¿Cómo fue el proceso de construcción del pliego de peticiones?
Gustavo Zuleta: Desde que se formó el sindicato el 21 de julio de 2011, empezamos a fortalecer la organización sindical. La respuesta fue inmediata: en una semana pasamos de tener 36 socios a más de 90. Apoyándonos en una encuesta que hicimos llegar a todos los trabajadores a nivel nacional, recogimos las necesidades más sentidas. Una de las preocupaciones se relacionaban con la persecución contra los trabajadores: los llamados frecuentes a descargos por causas que no justificaban ni una llamada de atención. Con todas las sugerencias recogidas se formuló el pliego, que se sometió a votación en una asamblea, ya en ese momento éramos casi 250 afiliados.
 
E.S. ¿Qué actitud asumió la empresa ante las peticiones de los trabajadores?
G.Z. En un primer momento la actitud fue buena, desde la fundación del sindicato solicitaron que presentáramos nuestras peticiones. Una vez empezó la etapa de arreglo directo, los negociadores de la empresa dijeron que era imposible dar solución al pliego y empezaron a poner trabas en la discusión. Aún sin tener nada firmado, llegamos al punto de la cobertura de la convención y la empresa quería que firmáramos que sólo se aplicara a los trabajadores del área operativa, y después sólo a los afiliados al sindicato, este punto se convirtió en imposible de negociar, y todo lo avanzado se echó para atrás. Como sindicato nos levantamos varias veces de la mesa puesto que no había nada serio que negociar y no podíamos quedar a merced de la empresa aceptando todo lo que ella quería.
E.S. Parecía entonces que llegaba a un punto muerto,
¿cuál fue la estrategia para avanzar en la negociación?
G.Z. Agotada la etapa de arreglo directo, en asamblea decidimos ir a la votación por huelga o tribunal, buscando que se votara la huelga, tanto así que los votos a favor de la huelga fueron prácticamente los de los afiliados al sindicato. Desafortunadamente perdimos la votación, y ya sólo nos quedaba el tribunal de arbitramento, que también fue dilatado por la empresa y por el Ministerio de Trabajo. Los trabajadores y nuestros abogados llegamos a la conclusión de que una forma de presionar la negociación era adherirnos a una convención firmada entre Holcim y el otro sindicato, Sutimac. Todos los trabajadores teníamos derecho a adherirnos por ser la misma empresa, pero ésta se negaba diciendo que eran negocios diferentes (porque en Boyacá es cementos y aquí es concreto). Este derecho lo demostramos ante los tribunales, porque entonces pusimos una tutela por el derecho a la igualdad, y la ganamos.
La empresa comenzó a presionarnos, alegando que el mercado estaba muy mal y que no podía sostener a los trabajadores si nos adheríamos a la convención de Nobsa, incluso manifestaron que tendría que cerrar. Hay que reconocer a todos los compañeros afiliados que no flaquearon ante la presión y seguíamos para adelante. Nosotros evidenciamos que la empresa bajó la venta de concreto para presionarnos. Como la empresa vio perdido todo lo judicial, decidió llamarnos a negociar a lo cual accedimos. Como sindicato siempre fuimos conscientes de que el tribunal es incierto, y que lo mejor era firmar directamente con la empresa.
E.S. ¿Qué debilidades y fortalezas tuvo el sindicato en esta primera negociación?
G.Z. A pesar de ser un sindicato tan nuevo, desde un principio fuimos una organización seria y honesta. Los trabajadores sabíamos que enfrentábamos a una empresa multinacional y que no sería fácil negociar con ella, sin embargo hablábamos en la mesa de tu a tu. No flaqueamos nunca y con los pocos conocimientos que teníamos pudimos firmar una convención buena para los trabajadores.
A pesar de tener unos hermanos naturales como lo son los compañeros del otro sindicato (Sutimac) y que presentaron su pliego de peticiones por las mismas fechas que nosotros, no nos dieron su apoyo. Les propusimos unificar la mesa de negociación pero ellos se negaron, alegando que Sutimac tiene más de 40 años de trayectoria, y que nosotros, con pocos meses de fundación no podíamos pretender hacer un solo pliego. Tampoco nos apoyaron en la votación a favor de la huelga. A pesar de eso, nosotros seguimos insistiendo en la unidad para defendernos de la multinacional. Seguimos todos más firmes que nunca, consiguiendo nuevos compañeros para el sindicato y ya contamos con más de 290 afiliados.
No todos los trabajadores quedaron satisfechos con lo conseguido, pero con el tiempo entenderán que no todo lo que brilla es oro, puesto que no todo lo que se pide en un pliego se consigue, y que para conseguir mejores cosas hay que luchar. Ya vendrán otras negociaciones en las que iremos consiguiendo cosas que faltan, entonces se aplicará el dicho que dice: “en el camino se arreglan las cargas”.
Para próximas negociaciones ya tenemos una experiencia ganada y con más conocimiento y tranquilidad podemos planear con tiempo suficiente un buen pliego de peticiones y con un sindicato más fortalecido, tendremos mejores condiciones para una buena negociación.