Tomado de Opera Mundi (Apartes)
Pocos consumidores de atún enlatado alrededor del mundo saben que la mayor parte del pescado que consumen es importado de Colombia.
En la paradisíaca Cartagena opera una planta de Seatech International Inc. , una de las empresas líderes en el mundo del procesamiento y venta de atún enlatado y recientemente objeto de demandas judiciales de parte de ex trabajadores colombianos.
Las denuncias contra la transnacional, cuya marca líder, Van Camp’s , es exportada a Estados Unidos y a varios países de América Latina - incluyendo a Brasil - y de Europa, van desde la violación de la jornada laboral a la falta de atención en salud para los trabajadores con LER (Lesión por Esfuerzo Repetitivo), una enfermedad que es común en las plantas donde hay repetición intensiva de movimientos…
(…) “De los mil quinientos trabajadores y trabajadoras que se desempeñan en la planta en Cartagena, solamente 13 tienen un contrato permanente y directo con la empresa. El resto está vinculado por medio de empresas contratistas o tercerizadoras”, explicó a Opera Mundi, Fredis Marrugo, presidente de la Ustrial (Unión Sindical de Trabajadores de la Industria Alimenticia). Según él, hay cientos de obreros que trabajan desde hace muchos años para Seatech en estas condiciones, lo cual violenta la legislación laboral colombiana. “Esa forma de contratación es permitida solamente para atender incrementos de producción o cubrir personal en vacaciones y no se puede extender por más de seis meses. Aquí hay personas que llevan hasta 20 años trabajando en estas condiciones”, afirmó Marrugo.
Trabajo semi-esclavo y enfermedad
El 17 de mayo 2011, el Ministerio de la Protección Social sancionó a Seatech International Inc por violar la jornada laboral. De acuerdo con la resolución ministerial, la empresa no ha entregado a esta institución “la autorización para laborar horas extras, copia de registro de horas extras, así como la copia del horario de entrada y salida del personal operativo que realiza labores en Seatech”.
Para el presidente de la Ustrial, esta resolución demuestra los vejámenes a los que son sometidos diariamente los trabajadores de la planta. “Trabajamos jornadas extenuantes de hasta 14 o16 horas, casi siempre de pie, con pocos momentos para descansar y, frecuentemente, siquiera nos pagan las horas extras. Es una situación de semi esclavitud que nos ha acarreado muchos problemas de salud”, dijo.
El caso de Elvira es emblemático. Ella tiene dos años sin poder trabajar porque los médicos le diagnosticaron tres enfermedades profesionales: tenosinovitis de Quervain, afección del túnel carpiano y cervicobraquialgia. Ella trabajaba limpiando atún por Seatech en Cartagena. Eran movimientos repetitivos constantes por más de 16 horas diarias, con apenas diez minutos de descanso en la mañana y media hora para el almuerzo.
Según contó al portal web de la Rel-UITA , Elvira soportó el dolor por meses hasta no aguantar más. “Debía juntar fuerzas para ir al trabajo porque sabía que si no me presentaba me despedían. Soy madre soltera de tres hijos y no podía darme el lujo de quedar desocupada. Concurría casi a diario a enfermería para que me administraran calmantes, pero al final el dolor me venció”, relató la trabajadora.
“La empresa tiene estándares de producción y su única preocupación es alcanzarlos. Con ese número en la cabeza nos hacen trabajar como si fuéramos esclavos, y si nos enfermamos, simplemente nos despiden y reemplazan”, afirmó Elvira en la entrevista.
Esa situación ha sido repetidamente denunciada por la Fundación “Manos Muertas”, que brinda asesoría legal en Cartagena a todas las personas que padecen de LER. De los más de 300 afiliados, casi la mitad son trabajadores de Seatech o de las empresas contratistas.
Fundación Manos Muertas
“Voy a vivir con el dolor para siempre”, dice ex trabajadora
Edna Guzmán siente todos los días, literalmente, el resultado de años de duro trabajo. La colombiana trabajó por 15 años en la planta de Seatech International Inc. en Cartagena, una de las empresas líderes en el mundo del procesamiento y venta de atún enlatado y objeto de varias demandas judiciales de parte de ex trabajadores. Guzmán era verificadora de empaque y revisaba, manipulaba y controaba un promedio de 300 latas de atún por minuto.
“Por eso adquirí las enfermedades por movimientos repetitivos, trabajando de pie durante jornadas de más de 16 horas casi sin descansos. Tenía mucho dolor, pero no podía decir nada por temor a ser despedida”, contó durante una entrevista con Opera Mundi.
Después de haber sido alejada de la empresa sin explicación alguna, Guzmán ayudó a fundar “Manos Muertas”, una fundación que ofrece asesoramiento legal en Cartagena a todas las personas que sufren de LER (Lesiones por Esfuerzo Repetitivo). De los más de 300 afiliados, casi la mitad son trabajadores y trabajadoras de Seatech o de las empresas tercerizadoras…
¿Cómo surgió la idea de crear la Fundación “Manos Muertas”?
En 2000 comenzó una ola de despidos en varias empresas, incluyendo donde yo trabajaba, en Seatech International Inc. El motivo era siempre el mismo: las personas padecían de enfermedades relacionadas con el trabajo y no podían seguir aguantando el ritmo al que estaban sometidas. Al final eran despedidas y nadie les brindaba apoyo, ni velaba por sus derechos. Fue así que, en 2007, decidimos crear la fundación, cuyo objetivo es dar asesoría legal y conocimiento a las personas enfermas sobre sus derechos.
¿De qué enfermedades estamos hablando?
Son enfermedades causadas por jornadas de trabajo masacrantes y gestos repetitivos, como el síndrome del túnel carpiano, fibromialgia, síndrome dolorosa miofascial, enfermedades lumbares, alteraciones óseo-músculo-tendinosas, entre otros…
¿Cómo responde la empresa a las quejas?
No tenemos derecho a reclamar y quien protesta es despedido. Te dicen que si no te gusta, puedes irte, porque afuera hay miles de personas que esperan ese puesto de trabajo…
¿Qué hace la empresa con las personas enfermas?
La empresa las engaña y les dice que su enfermedad no es profesional. Después las despiden alegando que no tiene ninguna responsabilidad, violentando la legislación laboral que obliga a las empresas reubicar a las personas enfermas en otra área de trabajo. Seatech es famosa por producir una comida muy buena. Su atún es sabroso, pero está hecho con las lágrimas y el sufrimiento de los trabajadores y trabajadoras.