Pasemos del dicho al hecho: fijemos la fecha del paro nacional ya

Carta Abierta a las direcciones sindicales

 

Señores:

Comités Ejecutivos CUT, CGT y CTC

Comando Nacional Unitario

Direcciones de: Fenaltrase, Fecotraservipublicos Utradec y Unete

Bogotá

 

Es  una realidad innegable que la economía colombiana ha entrado en un  proceso de crisis profunda. El gobierno y la burguesía trataron, inicialmente, de minimizar la crisis o de ocultarla, pero les fue imposible. La caída del precio del petróleoy la brutal devaluación de la moneda frente al dólar están produciendo estragos en la economía nacional, pero sobre todo en la economía de los trabajadores. El gobierno de Santos, fiel a su neoliberalismo, trata de trasladar todos los costos de la crisis a los trabajadores, al campesinado pobre, a sectores importantes de la pequeña burguesía y a la población más pobre.

Vende Isagen para cubrir el déficit fiscal, invertir en el plan de  construcción de vías y atraer las inversiones del capital privado, que será el que se queda con la parte del león en ese negocio. Lo mismo está haciendo al expedir las leyes que favorecen las inversiones de los capitalistas en los proyectos del agro (Zidres) dentro del posconflicto.

Incrementó el salario mínimo en 7%, por debajo de la inflación que fue del 7.26% para ingresos bajos y se niega reajustarlo y congelar el precio de los artículos de la canasta familiar obrera. Anuncia el incremento del IVA del 16% al 19%, como parte de una reforma tributaria regresiva, adelanta el trámite en el Congreso de leyes contra los trabajadores como la que elimina la estabilidad reforzada para los trabajadores discapacitados, no cumple lo acordado de reducir del 12 al 4% la cotización de los pensionados para salud, no toma ninguna medida en concreto contra el desempleo y la absoluta inestabilidad en el trabajo. En acuerdo con Peñalosa, el alcalde de Bogotá, reajustó las tarifas de Transmilenio en 200 pesos.

La política del gobierno tiene como objetivo descargar sobre los trabajadores los efectos de la crisis económica, pero los trabajadores le debemos responder tajantemente que la crisis la tienen que pagar las multinacionales, el gobierno y los capitalistas colombianos, que son los que se han embolsillado las ganancias durante las épocas de prosperidad económica.

La única respuesta posible por parte de los trabajadores y los sectores populares debe ser la unidad para movilizarnos y luchar. No hay otra manera de derrotar la política antiobrera de Santos y su gobierno. Las distintas posturas que se tienen frente al proceso de paz no pueden ser obstáculo para la movilización y lucha unitarias. Así lo empezó a demostrar la movilización que se llevó a cabo el 24 de enero de 2016 en varias ciudades del país, que aunque pequeñas son una expresión del descontento e indignación contra el Gobierno y sus medidas.

Los direcciones de las centrales obreras CUT, GGT y CTC, han coincidido en la necesidad de realizar un paro nacional y presentar un pliego nacional al gobierno. El Comité Ejecutivo de la CGT ya votó la convocatoria al paro y le ordenó a sus representantes acordar con las otras centrales la hora cero.

Los participantes en el VIII Encuentro Nacional Estatal realizado en Bogotá en la primera semana de febrero de 2016 denunciaron a los gobiernos de Peñalosa y Santos por neoliberales, y decidieron que el 25 de febrero presentaran más de 300 pliegos de peticiones, así mismo el Pliego Nacional Unificado y el Distrital de Bogotá. Llamaron también a la movilización nacional que respalde la presentación de los pliegos. Igualmente manifestaron su disposición para unir fuerzas en apoyo de la movilización y el paro nacional que se viene convocando por las centrales obreras y el Comando Nacional Unitario.

El paro nacional obrero y popular es una necesidad inaplazable. Las condiciones están más que maduras, pero hay que prepararlo democráticamente en las bases. De realizarse el paro, los acuerdos con el gobierno y su levantamiento deben ser consultados democráticamente con las bases.

Todas las organizaciones sindicales, campesinas, indígenas, estudiantiles y populares, deben discutir en asamblea el respaldo al paro y su preparación. Todas las organizaciones políticas que se reclaman de los trabajadores o de la izquierda igualmente debemos apoyarlo e impulsarlo.

No fijar la hora cero ya, es diluirlo en un llamamiento formal, abstracto, demagógico; es amenazar con el paro para no hacerlo. Esto a lo único que contribuiría es a desmoralizar los trabajadores, los luchadores populares y dejarle el camino libre al gobierno, al Estado patrón y a los capitalistas. 

La hora cero debería ser fijada lo más rápido posible. Nosotros nos permitimos sugerir que el paro se realice en homenaje a todas las mujeres víctimas de la violencia, de la opresión y explotación capitalista, el día martes 8 de marzo de 2016, pero de no ser posible creemos que es necesario que se fije una fecha que no vaya más allá del 1 de mayo de 2016.

 

Partido Socialista de los Trabajadores

Bogotá 11 de febrero de 2016

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