La Red independiente

El movimiento estudiantil en curso ha contado con la participación activa de miles de estudiantes. Es inevitable, y deseable, que haya diversos puntos de vista sobre la situación política del movimiento, sus orientaciones y los medios para conquistar los objetivos que se propone.
Esta es la razón por la que muchos estudiantes no se sienten representados en las organizaciones tradicionales que, positivamente, han promovido el actual proceso. La constitución de la Mesa Amplia Nacional Estudiantil (MANE) contó con la presencia de un numeroso sector de estudiantes de universidades regionales que son, tal vez, las que padecen de manera más cruda los efectos nefastos de la Ley 30. En algunas de estas universidades el paro se inició antes de que la MANE hiciera efectiva la hora cero de inicio del cese de actividades y, de hecho, fueron un factor fundamental para la fortaleza del mismo.
Tanto en las reuniones del Comité Operativo de la MANE, como en el Encuentro de Emergencia en que se definió la suspensión del paro, los sectores independientes actuaron como bloque, discrepando, no tanto con los objetivos del movimiento –pues comparten en general el Programa Mínimo propuesto al conjunto del movimiento estudiantil– como con el método de toma de decisiones y la delegación de vocerías monopolizadas por los grupos tradicionales. Dentro de ese heterogéneo sector independiente se ha venido articulando una “Red” en la que participan estudiantes de varias universidades regionales, grupos políticos o estudiantes de base sin organización.
Este sector ha hecho énfasis en respetar la democracia asamblearia que ha predominado en las universidades. Desde el inicio del movimiento presionaron por la definición de la fecha del paro y, ante la decisión de Santos de retirar el proyecto de ley, plantearon la posibilidad de continuar con el paro indefinido hasta conquistar objetivos adicionales, como el compromiso explícito del gobierno de cubrir el voluminoso déficit presupuestal que arrastran las universidades. En buena medida reflejan una profunda desconfianza en las promesas del gobierno y se resisten a delegar en la dirección de la MANE la toma decisiones que consideran trascendentales, como ocurrió con la suspensión del paro.
El gobierno, las administraciones de las universidades y algunos grupos políticos estudiantiles han querido señalarlos equivocada, o interesadamente, como divisionistas, pues en el Encuentro de Emergencia emitieron una declaración de disenso donde exigían que la suspensión del paro fuera una determinación de las asambleas de base. La propia dinámica del movimiento les ha dado la razón: en varias universidades las asambleas se han dividido frente a la suspensión del paro, exigiendo que primero se den plenas garantías para la finalización adecuada del semestre o se resuelvan problemas específicos. De esta manera la Red Independiente se ha convertido en un sector que influye de manera importante en las decisiones de la MANE como se evidenció en las condiciones que se le plantearon al gobierno en la Declaración de la MANE que publicamos en esta Separata. De todos modos su vocación unitaria se ha expresado en su consigna: ¡Todos somos MANE!