Juventud palestina:¡ejemplo de fuerza y resistencia!

Estamos viendo un capítulo más de la masacre de Israel al pueblo palestino, con su nueva ofensiva en la Franja de Gaza.
Ya son más de 1.464 muertos desde el inicio de los ataques. La cantidad de niños y adolescentes entre cinco meses y 17 años de edad que están siendo muertos es aterradora. Según la Unicef, en total, más de 150 niñas palestinas fueron muertas como resultado de los ataques y bombardeos aéreos de Israel, así como por sus fuerzas navales y terrestres.

Son ya 66 años desde la creación del Estado de Israel y su política de limpieza étnica. Sin embargo, lo que marca la historia de este Estado, de punta a punta, desde 1948 hasta hoy, es la resistencia palestina. Y es importante destacar que, al lado de los trabajadores y trabajadoras, la juventud palestina estuvo en la línea del frente de esa resistencia. En estas últimas semanas, la juventud palestina promovió manifestaciones en todo el territorio ocupado, en las calles de Hebron, Ramallah, Nazareth, Belén, además de Haifa (Palestina de 1948), entre otras.
Enfrentan las fuerzas militares israelíes pero también la política de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) liderada por Mahmoud Abbas, que coopera con la represión israelí. Esta, además, es una de las características de la vanguardia de la juventud palestina. Se enfrenta con las tradicionales organizaciones palestinas, como la ANP, que hoy en la dirección de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) se limita a negociaciones.

El apartheid israelí en la vida de la juventud palestina
El sistema de apartheid impuesto por Israel a los palestinos puede ser observado en las leyes segregacionistas, en las estructuras que privan a los palestinos de derechos humanos fundamentales, sin acceso a la infraestructura y el transporte, e imponen restricciones al derecho de ir y venir.
La juventud palestina es directamente perjudicada en lo que respecta al acceso a la educación. Mientras los israelíes tienen una situación privilegiada, todos los medios son empleados por Israel para restringir el movimiento de los estudiantes y de los profesores palestinos, impidiéndoles llegar a sus escuelas y universidades. Los estudiantes son detenidos en los puestos de control israelíes (que son más de 700, fijos y móviles) y nunca saben si van a permanecer minutos, horas, o si podrán pasar. Además, heridas, muertes y prisión de niños son frecuentes. Contraviniendo el derecho internacional, niños palestinos son presos, sometidos a tortura, incluidos golpes, confinamiento en solitaria, en fin, situaciones extremas.
En los territorios ocupados, los palestinos ni siquiera pueden expresarse libremente sobre su historia, toda vez que los libros y apostillas escolares precisan pasar por el cribo de la potencia ocupante antes de ser publicados y distribuidos en las escuelas palestinas.
Como afirmó el arzobispo sudafricano Desmond Tutu en un discurso, poco antes de que la Universidad de Johannesburgo cortase relaciones con la Universidad de Ben Gurión, “mientras los palestinos no pueden acceder a universidades y escuelas, las universidades israelíes producen pesquisas sobre tecnología, los argumentos y los líderes para mantener la ocupación”.

Campaña de boicot académico y cultural
Desde 2005, respondiendo a un llamado de la sociedad civil palestina, existe una campaña internacional de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) a Israel, sobre el modelo de lo que fue hecho en la lucha contra el apartheid en África del Sur. La campaña llama a la población mundial a boicotear productos de Israel, evitar invertir en el país o retirar sus inversiones de allí, y presionar a gobiernos y organismos internacionales a imponer sanciones a Israel por los crímenes contra la humanidad.
Entre las campañas de BDS, existe la de boicot académico y cultural. Recusándose a participar en intercambios culturales, artistas e instituciones culturales de todo el mundo pueden dejar un mensaje claro de que la masacre y la limpieza étnica de los palestinos tiene que acabar. Diversos intelectuales ya se pronunciaron favorables a la campaña, como Stephen Hawking y Noam Chomsky, y destacadas personalidades rechazaron convites para presentarse en Israel, como Elvis Costello, Brian Eno, Annie Lennox, Mike Leigh y Rogers Waters, uno de los fundadores del extinto Pink Floyd y activista incansable en favor de los derechos del pueblo palestino.
En el Brasil, además de tener que exigir el rompimiento del gobierno de la presidente Dilma de todas las relaciones con el Estado de Israel, ya que nuestro país ocupa la vergonzosa posición de segundo mayor importador de tecnologías militares israelíes, precisamos exigir el fin de todos los convenios académicos que la universidades brasileñas mantienen con instituciones israelíes. La Universidad de San Pablo (USP) es un gran ejemplo de eso: posee diversos convenios con Israel, incluso uno con la Universidad de Ariel, que está localizada en territorio palestino ocupado, en la colonia de Ariel, una de las mayores colonias judaicas en tierras palestinas.
La campaña del BDS es una de las maneras de debilitar la ocupación militar y la existencia del Estado de Israel, fortaleciendo la lucha del pueblo palestino en este momento en que vemos un ataque tan brutal. Y debe ser profundizada en el Brasil, en todas sus formas.

¡Seguir el ejemplo de la juventud palestina! 
La juventud del PSTU tiene un lado y no lo esconde a nadie: es el lado de los luchadores y luchadoras palestinos. La juventud que se levanta en el mundo entero, enfrentando los efectos de la crisis económica en Europa, al frente de revoluciones en el Norte de África y Medio Oriente, luchando por sus derechos aquí en el Brasil, debe seguir el ejemplo de la juventud palestina, que enfrenta las armas pesadas de Israel con su fuerza y resistencia, contando la mayoría de las veces con la tan simbólica “honda” y sus kuffyahs (pañuelos palestinos), luchando por el derecho a un futuro que les es negado. Y es así, junto con los trabajadores palestinos, que seguirán en esa lucha por el fin de los ataques de Israel pero también por una Palestina libre, laica y democrática en todo su territorio histórico, y por el derecho de retorno de todos los millones de refugiados diseminados por el mundo.
Hoy y siempre, la solidaridad y la unificación de la juventud internacional con la cusa palestina es no sólo necesaria sino también urgente. ¡Vamos todos por la Tercera Intifada (levante, en árabe) palestina y por intifadas en todo el mundo!
Y frente a todas las distorsiones de los medios sobre los palestinos, queda aquí un poema de Mahmoud Darwish, gran poeta palestino:

¡Confesión de un terrorista!

Ocuparon mi patria,

Expulsaron a mi pueblo,

Anularon mi identidad,

Y me llamaron terrorista.

Confiscaron mi propiedad,

Arrancaron mi huerto,

Demolieron mi casa,

Y me llamaron terrorista.

Legislaron leyes fascistas,

Practicaron el odiado apartheid,

Destruyeron, dividieron, humillaron,

Y me llamaron terrorista.

Asesinaron mis alegrías,

Secuestraron mis esperanzas,

Esposaron mis sueños,

Cuando rechacé todas las barbaries

Ellos… ¡mataron a un terrorista!

Traducción: Natalia Estrada