Conflicto cafetero:las consecuencias sociales del TLC

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La crisis por la que atraviesan los caficultores no es un acontecimiento extraordinario surgido de la nada. Es consecuencia de una serie de factores que confluyen en ella: por una parte, hace eco a la crisis económica mundial, cuyos coletazos empiezan a dejarse sentir no sólo en Colombia sino en América Latina, y que se explica por la baja en la tasa de ganancia de los capitalistas que para salvar sus privilegios descargan sobre los trabajadores el rol de sanearla con sus miserables salarios.

Plan de Desarrollo… para los capitalistas
En medio de la crisis económica mundial, la burguesía internacional, negocia con las burguesías nacionales para que impongan planes de ajuste económico a sus respectivos pueblos, especialmente a la clase obrera y sectores organizados como los campesinos y los indígenas. Esos planes de ajuste tienen en los países coloniales y semicoloniales un nombre concreto, como en el caso de Colombia: Plan de Desarrollo, que no está enfocado en solucionar los problemas sociales de las masas, sino a enriquecer a la burguesía nacional y a cumplir los mandatos del FMI, el Banco Mundial y otros organismos financieros de la burguesía imperialista.
El gobierno de Juan Manuel Santos, como los anteriores, cumple fielmente dichas orientaciones: el ataque a las conquistas de los trabajadores y la entrega de nuestros recursos a las transnacionales, como un eslabón cada vez más endurecido de la cadena entreguista de la apertura económica iniciada en los noventa por el gobierno de Cesar Gaviria, que no era otra cosa que la introducción del neoliberalismo en Colombia, y cuya imposición en el país condujo también a la burguesía nacional a una persecución implacable contra las resistencias, mediante el asesinato selectivo de líderes políticos y sindicales y del movimiento revolucionario, así como a la organización y financiación del paramilitarismo que llevó a cabo ignominiosas masacres y sembró el terror con la anuencia de los “poderes públicos” y el ordenamiento jurídico de la Constitución del 91, que lo permitió.
El Plan de Desarrollo de Santos tiene como salvamento, los intereses de la burguesía con cinco locomotoras, entre ellas la megaminería y los agrocombustibles, que son el ábrete sésamo del TLC que le permite a las transnacionales, el criminal saqueo de nuestros recursos: oro y cosecha para el imperialismo y la burguesía, veneno y tierra arrasada para el pueblo y el campesinado. Esa es la política del estado burgués, que se continuará profundizando en el tiempo, porque responde a un desarrollo de la lucha de clases que se libra en el mundo y se reproduce en todos los países. Por ello, el conflicto caficultor, no encontrará salida por el camino jurídico de las reformas, de una nueva Federación o de la Constituyente cafetera.

Unidad de los de abajo, contra los de arriba
A la unidad de la burguesía nacional e internacional hay que oponerle la unidad de todos los sectores en conflicto, para luego conducirla por el camino de la movilización. Hay que unificar el problema caficultor al cacaotero, juntarlo al camionero, al lechero, y en general, articular todos los conflictos, con la defensa del medio ambiente: con los conflictos de La Colosa y Santurbán y a los demás conflictos en curso, como la lucha de los trabajadores de la salud, del Cerrejón, los petroleros, el magisterio y el sector universitario.
Todos unidos en una sola resistencia, que presente al gobierno nacional un pliego de peticiones unificado y elabore una plan de lucha colectivo, en el marco de un gran paro nacional indefinido que arrebate al régimen las conquistas esperadas y obligue al gobierno de Santos a romper los pactos con el imperialismo que desangran nuestra tierra y empobrecen a la clase obrera y a los sectores populares. Pero ese papel aglutinador se le debe exigir a las organizaciones gremiales, como la CUT y demás centrales sindicales, para que se pongan a la cabeza de dicha movilización, y cumplan el rol por el cual han sido llamadas “centrales”, es decir, para centralizar los conflictos.