Al magisterio se le rebosa la copa

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El pasado 7 de junio se realizaron las elecciones sindicales más importantes del país. Las elecciones al Comité Ejecutivo de la CUT y la FECODE. Este proceso electoral, que como ya es costumbre, se caracterizó por los vicios de las contiendas electorales de la democracia burguesa, en medio del clientelismo, costosa publicidad y falta de garantías para las listas de oposición; si bien dio como resultado la reelección de las fuerzas políticas que han conducido en los últimos años al magisterio, algo cambió.
Su legitimidad como dirección del magisterio colombiano está cuestionada por una alta abstención y por una votación en blanco mayoritaria que expresa cada vez más abiertamente el debate por los resultados de la vergonzosa negociación que hizo Fecode del pliego de peticiones con el gobierno hace poco y la decepción por la negativa a materializar un paro nacional del magisterio, echando así por la borda el ánimo de lucha y las esperanzas de conquistar con la lucha las reivindicaciones del magisterio, así como lo han hecho otros sectores de trabajadores y campesinos en los últimos meses.
El efecto en un sector importante de los maestros fue la decepción y la rabia las que se expresaron en indiferencia y hasta rechazo del proceso electoral, responsabilizando al sindicato de las desastrosas políticas de su dirección.

Sin garantías
También como de costumbre, el proceso electoral se caracterizó por la antidemocracia. Mientras los directivos sindicales contaron con permisos sindicales permanentes y muchas otras ventajas para hacer campaña. A la única lista claramente de oposición encabezada por Rosa Cecilia Lemus le tocó hacer campaña con las uñas.
Durante más de un mes se luchó por un permiso laboral para poder hacer campaña y recorrer colegios y algunas regiones. Pero múltiples trabas y excusas burocráticas al interior de la Secretaría de Educación Distrital sólo permitieron que el permiso se diera prácticamente a las vísperas de las elecciones.
El tribunal de garantías fue determinado en la Junta Nacional de Fecode sin contar con las posteriores inscripciones de las candidaturas. El resultado es que este tribunal fue conformado sin representantes de todas las listas. Dejando por fuera la lista 13 de Rosa Cecilia, lo cual se agravó, en contra incluso del propio reglamento del proceso electoral y contra los más elementales principios de la democracia burguesa, pues en los escrutinios, con todas las irregularidades y deficiencias en el conteo y envío de los votos, se nos impidió observar el proceso de escrutinio y hasta la fecha una impugnación radicada por la lista 13, no ha sido contestada.

Una nueva-vieja dirección deslegitimada por el descontento
Dos tercios de los maestros votaron por los 15 candidatos elegidos, 103.455, que representan la mitad de los afiliados y un tercio del magisterio en el país. Esto quiere decir que el Comité Ejecutivo de la Fecode elegido, lo hace con un respaldo directo minoritario de los maestros en medio de un inconformismo que se expresa cada vez de forma más activa. La Dirección sindical de Fecode no cuenta con el respaldo mayoritario del magisterio.
Esta dirección recibe las banderas de la nefasta política de la dirección saliente, no solamente porque se reeligen las mismas fuerzas que han conducido al magisterio al estado de postración actual, sino porque respalda la pésima negociación del pliego de peticiones, el servicio privatizado de salud, llamado “Régimen Especial” limitándose a exigir veedurías frente a este crónico problema, sino porque continúa concertando con el gobierno en la comisión tripartita un proyecto de estatuto único nocivo para el magisterio nuevo y antiguo.
Es evidente que aunque salieron reelegidos los mismos actores políticos del pasado, hay una recomposición: El MOIR, principal integrante y defensor del Polo Democrático, perdió un Ejecutivo, como resultado directo de la debacle del PDA y su política conciliadora. La ruptura del Polo con la salida de los progresistas, consolida la maquinaria de los Senadores Avellaneda y Guevara con 6 ejecutivos. Por supuesto las otras fuerzas, liberales, comunistas y otras vertientes, se reagrupan para obtener o conservar sus privilegios en un nuevo acuerdo de manejo del aparato. Lo cierto es que aunque se mantengan las mismas fuerzas políticas, muchos de los reelegidos bajaron en relación a su votación histórica.

Profundicemos el descontento, no más entrega de nuestros derechos
La base magisterial tiene el reto de profundizar el descontento y aprovechar el hecho de que la nueva dirección entra con debilidad, para organizarse por la base e impedir que sigan entregando los derechos y conquistas del magisterio a manos de su política de concertación. Tenemos que evitar que entreguen el Estatuto 2277 y nos impongan su propuesta neoliberal de estatuto único. Los invitamos a respaldar el plebiscito que el acuerdo en defensa del 2277 y otras fuerzas independientes, estamos impulsando para exigirle a la dirección que retire de la Comisión Tripartita su propuesta de estatuto y que se organicen asambleas de base para que decidamos cual estatuto queremos defender.
En el mismo sentido, es necesario exigirle a Fecode que a cambio de esperar a que el gobierno haga los estudios que acordaron en las negociaciones engañosas recientes del pliego de peticiones, impulse acciones conducentes a que de manera inmediata se amplíen los servicios, clínicas y número de especialistas en todo el país y a exigirle a Medicol que responda por las consecuencias de su negligente servicio médico, como las recientes muertes de maestros en Bogotá.