Los resultados obtenidos por el Voto en Blanco en las pasadas elecciones demuestran que esta opción sí produce resultados políticos efectivos. Basta señalar los tres millones seiscientos mil votos en blanco para Parlamento Andino, que dejan esta institución sin ningún piso ni validez.
Para Cámara, en las tres circunscripciones, el voto en blanco alcanzó la importante suma de 938.000 (6% aproximado), mientras para Senado llegó a 884.000 (5.5% aproximado). A esa votación hay que sumarle la masa de votos no marcados (842.000 -5.88% en Senado y 489.000 – 3.42% en Cámara) pues tiene el mismo significado político de no sentirse representados en ninguno de los candidatos o partidos.
Para abultar más las cifras, hubo una masa enorme de votos nulos (1.485.000 – 10.38% en Senado; 1.750.000 – 12.23% en Cámara) y un reconocimiento explícito del propio Registrador Nacional que un altísimo porcentaje de ellos (superior al 50%) fueron votos marcados dos veces en blanco (debido al pésimo diseño del tarjetón y a la falta de información y pedagogía de la Registraduría).
El descontento social y el repudio político a las maquinarias y al gobierno tuvo en las pasadas elecciones una expresión electoral activa y masiva, con electores que fueron a las urnas; más grande que la votación obtenida por cualquiera de los partidos que presentaron candidatos. A ello hay que agregar una abstención generalizada (57%) que refleja el desgano, la apatía y la falta de interés de la ciudadanía ante unos candidatos y maquinarias políticas que no representan sus intereses y la defensa de sus derechos. ¡Sin la menor duda el Congreso elegido es totalmente ilegítimo! ¡La mal llamada "democracia" colombiana es una verdadera farsa!
Para la elección presidencial está planteada una batalla democrática fundamental. ¡Acabar con el engendro de la reelección! Impedir la continuidad del gobierno Santos, agente de todos los males contra la enorme mayoría de los colombianos, es el principal desafío; derrotando a la vez a todos aquellos que son igualmente agentes de sus políticas, así ahora presenten un rostro diferente.
Con el voto en blanco masivo y generalizado es posible lograr ambos objetivos: ¡Derrotar ya, y en forma fulminante, la reelección! A la vez, rechazar abierta y directamente a todos los candidatos que, al igual que Santos, son defensores y agentes del reaccionario régimen político colombiano y de las políticas económicas y sociales que sufrimos día a día.