Respetados compañeros de la Unión Patriótica:
Reciban un fraternal saludo del Partido Socialista de los Trabajadores.
Pocas organizaciones políticas de oposición a nivel mundial han sido víctimas de la barbarie capitalista como lo han sido ustedes. El reconocimiento internacional que tiene la Unión Patriótica por la campaña de exterminio de que fue objeto –con el macabro saldo de miles de militantes muertos y desaparecidos– ha obtenido como resultado, más de un cuarto de siglo después, la devolución de su personería jurídica y supuestas garantías para que puedan participar en la próxima contienda electoral. Es lo mínimo que ha tenido que aceptar el autoritario régimen político colombiano para tratar de limpiar de sangre la fachada de su democracia genocida.
Como partido revolucionario nos congratulamos de ese tardío reconocimiento y lo valoramos como una victoria del campo popular, producto del tesón de sus militantes y de décadas de lucha de obreros, campesinos, estudiantes y activistas populares por defender y conquistar mínimas garantías democráticas para la oposición al régimen. El exterminio de la Unión Patriótica fue parte de la sistemática actividad criminal que la burguesía y los terratenientes, respaldados por las propias instituciones del Estado, han propiciado contra las luchas sociales en nuestro país. Otro ejemplo de eso ha sido el asesinato inmisericorde de miles de luchadores sindicales y populares por el sólo hecho de exigir reivindicaciones elementales como el derecho al trabajo, la tierra, la salud o la educación.
Para su actuación genocida la burguesía ha utilizado, a lo largo de medio siglo, el pretexto del combate a la insurgencia guerrillera, ocultando que el conflicto armado tiene profundas raíces sociales y que se alimenta de insoportables desigualdades sociales y de la negación de derechos básicos en cualquier democracia formal como la libertad de organización sindical y política, el derecho a la protesta y la movilización y el más importante de los derechos: el derecho a la vida. La Unión Patriótica fue estigmatizada en su momento con el mismo argumento y sus militantes y dirigentes asesinados sin piedad.
Es por eso que hoy, al tiempo que nos congratulamos por este reconocimiento político, debemos señalar sin ambigüedades que el régimen político colombiano no ha cambiado en su esencia. Se siguen negando las garantías a la oposición política y a la movilización obrera y popular. Esto se ha evidenciado este mismo año con el asesinato impune de los campesinos que protagonizaron el paro agrario. Y se ratifica con la muerte de líderes populares que se oponen a la megaminería o la proliferación de hidroeléctricas depredadoras del medio ambiente. También con las masacres de quienes quieren hacer efectiva la devolución de tierras prometida por el gobierno y con la masacre de los dirigentes obreros que exigen mejorías en sus condiciones laborales. Las movilizaciones de protesta de estudiantes, maestros o empleados del Estado son agredidas de manera permanente por el Esmad muchas veces con víctimas fatales. Y esto no es más que la actuación legal de lo que llaman cínicamente “fuerza pública”. Al mismo tiempo siguen actuando impunemente las ahora llamadas Bandas Criminales que no son otra cosa que los paramilitares reciclados y financiados por la gran burguesía terrateniente e industrial y las transnacionales imperialistas que saquean la economía y las riquezas naturales.
Para enfrentar y derrotar a este régimen autoritario es indispensable la más amplia unidad. Las próximas elecciones brindan esa posibilidad a toda la oposición al régimen y al gobierno de Santos. El propio gobierno ha tenido que reconocer que las garantías electorales son tan recortadas que una buena parte de los partidos minoritarios desaparecerán en las próximas elecciones pues no vencerán el arbitrario umbral que nos imponen o no pueden cubrir las pólizas que se exigen para obtener la financiación que requiere la campaña electoral. En La Habana se promete a las FARC que a cambio de su desmovilización y desarme, se garantizará una mínima apertura a la draconiana legislación electoral vigente. Mientras tanto, los partidos de la Unidad Nacional, que legislan bajo las órdenes del gobierno de Santos contra los trabajadores y los pobres, y la ultraderechista oposición burguesa que encabeza Uribe, continuarán monopolizando el Congreso de la República y se legitimarán de nuevo en la contienda por la Presidencia de la República. Con cara ganan ellos, con sello perdemos nosotros.
Es por esta razón que ponemos a consideración de su V Congreso la propuesta de que ustedes encabecen, pues tienen toda la autoridad moral por el martirio a que fueron sometidos, la más amplia coalición política para impulsar una campaña por el VOTO EN BLANCO en las próximas elecciones. Las propias encuestas de la burguesía señalan que esta es la opción mayoritaria en la opinión de los electores. Es, al mismo tiempo, la posibilidad de producir un demoledor golpe a la legitimidad del régimen responsable por el exterminio de sus militantes y dirigentes. La campaña por el VOTO EN BLANCO en las próximas elecciones es el camino más firme, en el pantanoso terreno electoral monopolizado por la criminal oligarquía que gobierna a nuestro país, para la UNIDAD de la oposición hoy dividida por diferencias insalvables en el terreno programático y organizativo. Estamos seguros que el pueblo colombiano, protagonista de las luchas campesinas, indígenas, estudiantiles y populares recientes, responderá a este llamado unitario. Ustedes tienen la palabra.
Fraternalmente,
Partido Socialista de los Trabajadores – PST
Bogotá, Noviembre13 de 2013
¡Impulsemos la campaña por el VOTO EN BLANCO en las próximas elecciones!
Carta Abierta a la Unión Patriótica en su V Congreso
Unámonos en la lucha electoral contra el régimen antidemocrático colombiano